CDMX.- El comunicado oficial de la Conmebol explicó que el cambio de fecha y sede se debió a “los hechos de violencia ocurridos en la ciudad de Buenos Aires el 24 de noviembre de 2018, los cuales pusieron en riesgo la seguridad de los jugadores, oficiales y aficionados”.
Agregó que, después de los “hechos delictuales que las autoridades se encuentran aún investigando resulta prudente que la final no se juegue en ese país”.
El sábado pasado, la final de la Copa Libertadores se tuvo que suspender porque hinchas de River apedrearon el autobús que llevaba a los jugadores de Boca Juniors al Estadio Monumental, en donde iban en calidad de rivales.
En respuesta a la agresión, los policías que custodiaban el vehículo lanzaron gases lacrimógenos que terminaron afectando a los jugadores, lo que incrementó el caos.
Además, ese día, mientras las autoridades decidían si se jugaba o no la final, en los alrededores del Monumental efectivos policiales persiguieron a fanáticos violentos que querían ingresar a la cancha sin boletos y que fueron repelidos con gases lacrimógenos y balas de goma.
Aunque el partido se postergó para el domingo, finalmente no pudo llevarse a cabo ante los reclamos de Boca, que adujo que, con sus jugadores heridos, no estaba en igualdad de condiciones con River.
Por eso se realizó la reunión de urgencia en Asunción, sede de la Conmebol, en donde el organismo anunció que “el partido de vuelta de la final se llevará a cabo los días 8 o 9 de diciembre en horario y sede a definirse”.
Agregó que la Conmebol se hará cargo de los gastos de viaje, hospedaje, alimentación y traslado interno de hasta 40 personas por delegación.
El anuncio echó por tierra la estrategia de Boca Juniors, que pedía ganar la Copa “en el escritorio”, es decir que se le otorgara sin jugar ya ningún otro partido y como sanción a la falta de controles de River Plate que derivaron en los ataques. El partido de ida de la final de esta competencia regional terminó en un empate de 2-2.
Con información de 24 Horas México.