Por Enrique Campos
Twitter: @campossuarez
Durante decenas de legislaturas, muchos de esos partidos políticos manejados como negocios personales, con bandera de izquierda, han hecho algunas de las propuestas legislativas más absurdas de las que se tenga registro.
La única afectación que solían causar estos políticos impresentables era el costo de tener que pagar sus dietas y lamentarse por tener personas tan poco preparadas en el Congreso.
El Partido del Trabajo (PT) ha elevado a rango de iniciativas de ley aberraciones tales como prohibir a tiendas y supermercados que puedan vender cervezas frías. O aquella donde seguro que algún legislador que tuvo un mal vuelo usó el poder que le daba ser parte de la bancada del PT para prohibir a Aeromexico usar el nombre de nuestro país en su nombre.
Otros legisladores “de izquierda” usaron su bien pagado trabajo de diputados para proponer prohibir el pensamiento mágico o, bien, someter al Congreso de la Unión a votar una ley para castigar el perreo como baile del reggaetón.
Esto pasa de la lamentable anécdota a la preocupación cuando vemos que hay cabida para propuestas legislativas absurdas, como aquella que en nombre de los cuentahabientes realmente atenta contra la bancarización.
También por personalísimos ajustes de cuentas con empresarios, buscan desde el Legislativo afectar a la industria minera. Por eso es que ahora que el PT propone acabar con las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) no se le puede ver como ocurrencia, sino como una propuesta ignorante, desde el poder que puede formar mayorías.
Hay que seguir de cerca estas señales de los grupos que ahora gobiernan y que, de hecho, colaboraron para dar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador la mayoría dominante en el Congreso de la que hoy gozan.
Desde una nublada visión comunista proponen expropiar las cuentas individuales, que tienen el dinero propiedad de cada trabajador, para hacer una gran bolsa administrada por el Estado y que se dedique solamente a los gastos internos que decida el Gobierno. Esto no es de risa, es de miedo.
Si se cometiera una barbaridad como ésta, una grave crisis financiera estaría garantizada, y tan es así que hasta algunos legisladores de Morena salieron a descalificar esta propuesta.
Lo malo de tener espacio para proponer barbaridades es que se pueden cerrar las puertas para hacer cambios que sí son necesarios y que son urgentes en el sistema de pensiones a través de las cuentas individuales administradas por las Afore.
Es indispensable aumentar el monto de ahorro obligatorio y la edad de retiro. De lo contrario, este sistema de cuentas individuales está en la ruta de la crisis por insuficientes fondos para una pensión digna.
Deberían los legisladores usar ese bono democrático que tanto desgastan con tonterías para hacer estos cambios al sistema de cuentas individuales para el retiro.
Lo que propone el PT ante el problema de unos zapatos para el retiro apretados no es aumentar la talla del calzado, sino cortarles las piernas a los trabajadores.