Por Ricardo Hernández
CANCÚN, Q. Roo.- El desarrollo urbano desmedido que ha tenido Cancún ha abonado a la contaminación del cuerpo lagunar de la zona, poniendo en peligro el ecosistema de uno de los destinos turísticos más importantes del país.
La superficie que ocupa el centro de población del municipio de Benito Juárez pertenece a una porción de cuenca de Quintana Roo que corresponde a la región hidrológica proveniente de Yucatán.
Los cuerpos de agua y zonas inundables están en este municipio, y entre los más importantes figuran Laguna Manatí y los pertenecientes al Sistema Lagunar Nichupté, conformado por la Laguna Somosaya, Río Inglés, Morales, La Ciega y Laguna Caleta.
“Estos cuerpos de agua presentan problemas de contaminación que genera el enriquecimiento de las aguas con nutrientes, a tal velocidad que no pueden ser inmovilizados por mineralización”, reconocieron las autoridades y especialistas que elaboraron el Plan de Desarrollo Urbano (PDU) Benito Juárez 2014-2030.
Ello origina acumulación de materia orgánica proveniente de algas filamentosas que aprovechan el exceso de nutrientes y que, al parecer, al caer al fondo hacen disminuir enormemente el oxígeno en las aguas profundas.
“Lo anterior es producto de la obstrucción artificial que se realizó desde el inicio de la construcción de la Zona Hotelera, cuando se amplió la superficie de terreno para contar con espacio suficiente para las construcciones”, se lee en el PDU de entonces.
“Durante el desarrollo de estas actividades se obstruyeron puntos de desfogue del cuerpo lagunar, como resultado se hace lenta o nula la circulación de agua y promueve el estancamiento del agua, desprendimiento de malos olores y azolvamientos”, continúa la evaluación.
Otro de los problemas que ha generado el crecimiento poblacional sin planeación es la contaminación de la hidrología subterránea.
El suelo del municipio ÔêÆy de todo el estadoÔêÆ tiene una particularidad: rápida infiltración de agua, lo cual hace que los acuíferos sean muy vulnerables a la contaminación por la presencia de asentamientos humanos regulares e irregulares sin servicios públicos, que originan descargas de aguas residuales y la existencia de pozos pluviales en zonas urbanas.
La expansión de grandes complejos inmobiliarios sin el debido cuidado ambiental podría afectar el ecosistema del estado, una de las entidades con más recursos naturales del país.
Rechazan construcción de un complejo gasero
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) rechazó la realización de un complejo gasero a desarrollarse en Quintana Roo. La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que presentó Transfuid, la promovente, fue deficiente y en ella se reconoció posibles afectaciones al medio ambiente, por lo cual se decidió no aprobarla. El proyecto, denominado Terminal de Almacenamiento y Reparto del Caribe, pretendía tener presencia en los municipios de Cozumel y Solidaridad; se trataba de la construcción de la Terminal de Almacenamiento y Reparto del Caribe, que tendría una supuesta vida útil de 99 años. El complejo consistía en una terminal de almacenamiento y reparto, y un ducto conductor del energético en un área de 468 mil metros cuadrados. La terminal iba a tener una capacidad para almacenar unos 355 mil barriles de volumen neto de turbosina, gasolina magna, premium y diesel. El ducto constaba de tres líneas de tuberías de 16 pulgadas que conectarían con otro. El proyecto pretendía sustituir a autotransportes que trasladan los energéticos vía terrestre y sustituirlos por un gasoducto. “(Se cambiaría) la dinámica de abastecimiento en el estado con el ahorro en kilómetros recorridos por autotanques, mismo que se traduce directamente en una reducción en las emisiones de CO┬▓ a la atmósfera”, se proponía en la MIA. Sin embargo, la MIA del proyecto, alegó la Semarnat, no contaba con la descripción del sistema ambiental regional y de
terioro de la región, así como la identificación, descripción y evaluación de los impactos ambientales, acumulativos y residuales del sistema ambiental regional ni las estrategias para la prevención y mitigación de impactos ambientales. “Las estrategias para la prevención y mitigación de impactos ambientales del sistema, propuestos por el promovente, no resultan acordes a las posibles afectaciones que pudieran generarse sobre los ecosistemas por efecto de la realización del proyecto, y por tanto, no garantizan su función de evitar, atenuar y compensar los efectos negativos sobre el ambiente”, detalla el documento en el que se informa el rechazo de la dependencia federal. Además, contravenía el Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Solidaridad, el Programa de Ordenamiento Ecológico Local del Municipio de Solidaridad (Poels) y el Programa parcial de Desarrollo Urbano del Polígono Extremo Sur.