Por Adrián Trejo
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El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que “hubo un errorÔÇÖÔÇÖ en el presupuesto destinado a las universidades públicas para el próximo año, “pero que se corregirá”.
No es común escuchar a López Obrador reconocer que se equivocaron, ya sea él o funcionarios de Morena.
Sin duda, la presión de los rectores fue fundamental para que el tabasqueño ordenara a los diputados reintegrar los poco más de cinco mil millones de pesos que habían sido recortados a las universidades públicas.
La pregunta es, dado este antecedente, ¿López Obrador tendría el valor para reconocer que se equivocó con la canlación de la construcción del aeropuerto en Texcoco?
Los números no mienten, y ha quedado demostrado que le costará más al país pagar los costos de la cancelación que mantener la construcción que presentaba casi 32% de avance.
Si la lógica se impusiera ante el dogma y el ego, no habría mucho para considerar sobre ese tema.
El problema es que se hizo una consulta pública en la que se involucró al “pueblo bueno y avispadoÔÇÖÔÇÖ como corresponsable de la decisión de cancelar Texcoco.
Y pues, una cosa es que el Jefe del Ejecutivo reconozca que sus subalternos la regaron y otra que el pueblo bueno no era tan avispado como se creía.
En fin, las universidades lograron rescatar lo perdido y los inversionistas que apostaron su dinero al nuevo aeropuerto siguen con la esperanza de que López Obrador también reconozca que no fue la mejor decisión.
¿Ocurrirá?
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La aplanadora de Morena en el Congreso de la Ciudad de México ya se hizo notar.
Sin que mediara alguna reunión con diputados, desde el Palacio de Gobierno de la CDMX se envió al Congreso su proyecto de presupuesto para el próximo año.
Es más, el paquete para la ciudad llegó antes de que en el Congreso Federal se aprobara la Ley de Ingresos, y mucho menos el Presupuesto de Egresos para el año próximo.
Ya se verá si la oposición en el Congreso local tiene una presencia testimonial o sirve para hacerle contrapeso a la aplanadora morenista.
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No cabe duda que Dolores Padierna anda urgida de reflectores.
Ayer la ex perredista volvió a calentar la sesión en San Lázaro luego de que, por mayoría de 301 votos a favor y 166 en contra, se rechazara la petición de la oposición de eliminar el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS).
Votado el asunto, Padierna dijo exultante: “Se desecha la propuesta de quitarle recursos al presidente López ObradorÔÇÖÔÇÖ.
Esto encendió a la oposición que pidió que dejara de presidir la sesión, que fue interrumpida por varias horas.
No es la primera vez que Padierna hace esfuerzos por congraciarse con López Obrador a costa de la credibilidad del Congreso.
Y luego se enojan cuando se señala que el Congreso actual es casi la Oficialía de Partes de la Presidencia.
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Diputados de oposición anuncian un albazo con el que la fracción aprobará este día el dictamen para la constitución de la Guardia Nacional.
Aunque ayer ONG y la oposición advirtieron que el dictamen presenta los mismos vicios constitucionales que obligaron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a declarar inconstitucional la Ley de Seguridad Interior, promovida por Peña, los diputados de Morena están empeñados en sacarlo al costo que sea.
Ya veremos hoy si es que pudieron hacerlo.