Desde la barrera
Por: Eduardo del Río
Twitter: @EdelRio70
El ejercicio del poder implica la toma de decisiones, que, de una u otra forma, generan rechazo o polémica entre los gobernados. Todo primer mandatario se ve confrontado día con día a escoger entre determinaciones que van de lo negativo a lo más negativo. No tiene de otra. En el saber administrar la decepción que dicha realidad genera radica la sapiencia de nuestros políticos.
A un mes y 10 días de ejercicio formal de Gobierno, el presidente López Obrador se enfrenta a la primera de muchas crisis que habrá de vivir. El desabasto de combustibles en 10 estados del país y la Ciudad de México obedece a una necesaria decisión de combatir el delito de robo de combustibles combinada con una pésima labor de previsión de escenarios.
¿Quién habrá sido el genio dentro del gabinete que no previó la falta de capacidad logística para transportar combustible vía terrestre?, ¿en dónde están los expertos en comunicación que tanto criticaron lo hecho en administraciones pasadas y que hoy no logran aportar la información suficiente y ordenada para calmar las compras de pánico en todo el país?, ¿acaso se ha visto a los funcionarios implicados en esta crisis cerca de la ciudadanía?, ¿han hecho alguna gira por los estados más afectados?
Los estragos de la crisis comienzan a asomarse. Dado que el combustible forma parte de importantes cadenas de valor, de persistir el desabasto, en breve esta situación tendrá un impacto directo en el nivel de precios. La Concanaco Servitur prevé para este mes una caída en los ingresos de empresas de servicios y consumo de al menos 10%, el doble de lo registrado en el mismo periodo de 2018.
Es difícil pensar que quienes tomaron la decisión de cerrar ductos y privilegiar el transporte de combustibles a través de pipas no supieran que al menos 80% de las mercancías que se comercian son trasladadas vía terrestre. No cabe duda que, además de la afectación a la ciudadanía, la crisis del desabasto de gasolinas tendrá un impacto directo en la economía.
Como todo Gobierno, el de López Obrador estará bajo el escrutinio permanente de la sociedad y de la opinión pública. Saber administrar la natural decepción que genera el ejercicio del poder será uno de los retos de la cuarta transformación. Hacerlo sin estridencias será, sin duda, lo más difícil.
Segundo tercio. Con una clara ventaja dentro del Congreso poblano, Morena se apresta a designar al gobernador interino de esa entidad.
El panismo, en desventaja numérica en ese órgano legislativo, podría quedar relegado de la decisión. Más allá de sus divisiones internas, el blanquiazul y el grupo formado por Rafael Moreno Valle están obligados a superar las diferencias para mantener la gubernatura en un escenario que se antoja adverso.
Tercer tercio. La cobertura del desabasto de gasolinas borró de la agenda la cancelación de las obras en el nuevo aeropuerto de Texcoco. No se olvide el daño patrimonial que esto representa. Ya se vio plasmado en una servilleta el impacto que representará para el país. Así de sencillo, duélale a quien le duela.