Por Geovanny Zapata
CHETUMAL, Q. Roo.- Maestros de escuelas son el primer filtro en la detección de violencia y abuso sexual que sufren los menores en sus hogares, pero en ocasiones no denuncian por temor a sufrir represalias, señaló María Elba Carranza Aguirre, directora del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Explicó que el temor aumenta cuando, en algunos casos, los abusadores están ligados a actividades ilícitas. La directora del DIF explicó que la mayoría de las quejas no procedieron al carecer de elementos.
Indicó que muchos pasan desapercibidos o simplemente no son reportados, y es que la mayoría de los maestros han recibido amenazas de muerte, por lo que existe el temor latente a ser agredidos.
Dijo que se busca que la Secretaría de Educación de Quintana Roo (SEQ) realice capacitaciones con los maestros a fin de que promuevan la protección de las niñas y los niños y con ello bajar los casos del abuso infantil y la violencia familiar.
Durante el 2018 se reportaron 15 incidentes de maltrato infantil, mismos que fueron detectados por los docentes de estos infantes.
La violencia familiar incluye abuso sexual dentro de un matrimonio, donde en la mayoría de las veces el hombre condiciona a su esposa a tener cualquier tipo de relación sexual sin que la mujer tenga la voluntad de hacerlo.
Los principales maltratadores son padres inexpertos o padrastros, permitidos por la sumisión de madres.
Este maltrato puede ser clasificado como físico (actos que atentan o agreden el cuerpo de la persona), psicológico (actitudes que tienen por objeto causar temor e intimidación), sexual y económico.
Estos casos se agravan por la falta de una atención especializada y la tendencia es que los maltratados reproduzcan los esquemas recibidos.
Los mayores índices de violencia y abuso sexual se presentan en la zona norte de la entidad, esto debido a que cuentan con la mayor acumulación de población.