Eugenio Pacheco
CHETUMAL, Q. Roo.- La efectividad en la implementación de modelos policiales estriba en el sentimiento de los recursos humanos; antes de planear el cómo resolver los problemas de inseguridad y mejorar la percepción social, debe analizarse lo que acontece al interior de las corporaciones policiales y atender sus deficiencias, aseguró el investigador de la carrera de seguridad publica en la Universidad de Quintana Roo (Uqroo), Luis German Sánchez Méndez.
El catedrático dio a conocer los resultados de un estudio a nivel nacional, y dijo que como en casi todos los estados, en la policía de Quintana Roo nueve de cada 10 oficiales cuentan con ingresos inferiores a 15 mil pesos, y la mitad de ellos han tenido que pagar de su dinero sus botas u otra parte de su uniforme o equipamiento.
Sánchez Méndez comentó que el diagnóstico proviene de un estudio realizado por “Causa Común”, organismo dedicado a realizar análisis sobre las problemáticas cotidianas, especialmente en cuanto a seguridad pública.
Ese estudio arrojó que, dentro de las corporaciones de la policía preventiva, municipales y del estado, 36% gana menos de 10 mil pesos; 52%, entre 10 mil y 15 mil; y sólo 12%, más de 15 mil. Lo que desde el punto de vista de los realizadores del estudio es insuficiente, y nadie quiere ser policía, porque ante los niveles de inseguridad el sueldo no es atractivo para arriesgar la vida.
En los resultados de la encuesta, aplicada en cada entidad del país, también se consigna que, con recursos propios, 48% ha pagado sus botas; 43% ha tenido que renovar sus uniformes; 37% ha gastado en papelería para rendir informes; 23% ha comprado sus propios cartuchos; 8% ha cooperado para gasolina de sus patrullas; y 22% ha pagado alguna refacción o reparación de la unidad policial.
Los agentes opinaron que los uniformes que reciben y las botas que se brindan por las corporaciones son de mala calidad, se rompen en menos de dos meses, y son incómodas para el servicio.
De la misma forma, los oficiales encuestados indicaron que han realizado labores que no les corresponden; 12% asistió de acarreado a mítines políticos; 10% votó obligadamente por algún candidato; 8% torturó a algún detenido; 62% hace encargos personales; 31% realiza mantenimiento a lugares públicos.
Con respecto a ese tema, los uniformados refirieron que también les piden cuota o, en su caso, lo sugieren a través de malos tratos directos o a través de otros compañeros.
ASCENSOS
Otro tema que Sánchez Méndez comentó del diagnóstico de más de 50 puntos, es sobre los ascensos o promociones, así como los estímulos para los policías que continúan siendo por recomendación y no por conocimiento y trabajo.
En este rubro, entre 66 y 71% no ha recibido nunca un estímulo o ascenso; entre 13 y 16%, desde hace más de dos años no lo obtiene; entre 6 y 7% lo tuvo entre uno y dos años.
También opinaron sobre los niveles de corrupción: 54% de los policías encuestados reconoció que existe al interior de sus corporaciones; y 46% rechazó esta irregularidad.
De los que señalaron la existencia de corrupción, 50% dijo que se debe a los bajos salarios; 45%, a la falta de valores; 22%, que es fomentada por los ciudadanos que incurren en delitos o faltas; y 20%, por exigencias de los mandos.
El investigador consideró que estas problemáticas al interior de las corporaciones no son privativas de las policías de Quintana Roo, toda vez que los escenarios son casi en su totalidad similares.
Exhortó a los responsables de los cuerpos de seguridad a atender las necesidades de los agentes como una manera fundamental de mejorar las estrategias de prevención del delito y bajar los índices de inseguridad.