Por Eugenio Pacheco
CHETUMAL, Q. Roo.- Residentes del municipio de Othón P. Blanco dejaron sus comunidades de origen y emigraron al extranjero, principalmente a Canadá, para incorporarse a la producción de fresas, donde obtienen los ingresos necesarios para solventar las necesidades de sus familias.

De acuerdo con el dirigente de la Central Campesina Cardenista (CCC) en Quintana Roo, Andrés Blanco Cruz, en la ribera del rio Hondo son por lo menos cinco comunidades entre ellas, San Francisco Botes, Rovirosa y Calderón, donde se registra la mayor migración.

Dijo que quienes generalmente hacen el viaje son jóvenes entre los 15 y 29 años, y que por hora reciben de jornal 15 dólares en promedio. Ellos forman parte del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales Mexicanos a Canadá (PTAT).

Las principales ciudades o provincias donde se dedican a esta actividad son Nueva Escocia, Nuevo Brunswick, Isla Príncipe Eduardo, Alberta, Manitoba, Québec y Ontario, las dos últimas reciben al 90% de los trabajadores.

También comentó que el empleo es temporal, porque está sujeto a la demanda de los empleadores y a las actividades agrícolas a realizar.

Hay un mínimo de seis semanas de trabajo de tiempo completo, entre ocho y 12 horas diarias y un máximo de ocho meses, en el que se garantiza que las granjas e invernaderos tengan trabajadores cuando más se necesitan, en la siembra y especialmente en la cosecha.

Resaltó que, si bien se trata de una buena oportunidad laboral, es lamentable que los jóvenes deban dejar sus lugares de origen y sus familias para poder lograr el sustento.

Explicó que trabajarán en coordinación con las autoridades del estado y la Federación para arraigar a los jóvenes al campo, quienes migran a las grandes ciudades o zonas turísticas ante la falta de apoyo que hay en el campo.

Señaló que con el programa Arráigate, que hasta 2018 operaba la Sagarpa, se logró que se deje de ver al campo como un sinónimo de miseria y pobreza extrema y ahora se comience a lograr que las actividades agropecuarias sean redituables y generadoras de empleo.

“Desafortunadamente aún existe la percepción, sobre todo entre los jóvenes campesinos, de que es un trabajo de sol a sol que no les deja ganancias, sino que genera miseria, y eso es lo que hay que erradicar”.

Expuso que buscarán reactivar este programa y, aunque no dio una cifra exacta, dijo que sí es importante el número de jóvenes que abandonan el campo, y lo que buscaban con este esquema es que apuesten a continuar invirtiendo en el agro; sobre todo que vean que sus productos tendrán un valor agregado

“Si los que siembran frijol lo embolsaran le darían un valor agregado, lo cual es un incentivo para que logren capitalizarse y de esta manera no abandonen sus tierras”, añadió.

“Lo que buscamos también es que se acabe el coyotaje, que esos pesos que les quitan de las manos se les quede a los campesinos, quienes a final de cuentas son los que invierten y hacen todo el trabajo”.

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