Por Geovanny Zapata
CHETUMAL, Q. Roo.- La comunidad de Luis Echeverría álvarez, perteneciente al Ayuntamiento de Othón P. Blanco se caracteriza por ser un pueblo dedicado a la siembra y cultivo del coco, materia prima para innumerables productos.
Dicha actividad es el sustento de varias familias que se dedican a la producción y comercialización de manera independiente, ya que no cuentan con una marca que los respalde a nivel regional, nacional e internacional.
Debido a la inclusión de nuevas tecnologías, la extracción de aceite es elaborada de manera mecánica y la preparación artesanal poco a poco ha ido perdiendo terreno, pues eleva los tiempos de preparación y los costos de la materia prima.
FUENTE DE RECURSOS
Sandra María, productora, quien tiene 20 años dedicándose a la siembra y cultivo de esta planta, nos comentó sobre los diferentes procesos a lo largo de la vida de una palmera de coco, así como los distintos usos que se le dan.
El trabajo que realiza Sandra en compañía de su esposo es el sustento de su familia, integrada por cinco hijos. Incluso, cuentan con dos trabajadores, quienes se encargan de apoyarles en el mantenimiento de las huertas.
Comentó que, desde el proceso de siembra hasta el cultivo, la producción engloba innumerables retos y cuidados, que deben realizarse al pie de la letra para un excelente resultado. La siembra inicia con la construcción de una poceta de 40 por 40 centímetros, de la cual remueven toda la tierra.
Ilustró que es de suma importancia no enterrar completamente la planta porque esta se ahoga y muere.
“Se deposita fertilizante orgánico hecho a base de estiércol de ganado y se rellena el hueco con eso, un poco de tierra y la planta tiene que quedar mirando al sol”, señaló.
Explicó que estos pasos son de suma importancia para que la planta pueda crecer y dar buenos frutos.
Mencionó que el coco se cultiva a largo plazo, porque para que el árbol madure y empiece a producir se requieren, por lo menos, tres años. Durante todo ese tiempo sólo se debe trabajar en él y mantenerlo en condiciones adecuadas.
En cuanto al mantenimiento de los arboles adultos, éstos no requieren de tantos cuidados.
“No es delicado, simplemente hay que mantenerlo limpio, fumigado de las plagas y tener una buena fertilización para llegar a tener una buena producción”, comentó Sandra.
La agricultora ,anifestó que los cocos se producen todo el año, ya que desde la floración a la etapa de madurez de la palmera transcurren en promedio tres meses, por lo cual cuentan con plantaciones desfasadas en tiempo de cultivo para extender las cosechas a todo el año.
“Tenemos plantaciones escalonadas para que la producción no llegue al mismo tiempo, vas cortando cuando vas avanzando, conforme vaya creciendo el fruto. Es un cultivo muy manejable”, enfatizó Sandra.
Detalló que la vida útil de una palma es de 20 años como mínimo; sin embargo, una vez que llega a su fin, la madera es ocupada para realizar artesanías.
Una sola palmera puede producir 180 frutos por año, y por hectárea se pueden cultivar aproximadamente 230 palmas, lo que da una producción anual de 41 mil 400 cocos.
La cosecha diaria que realizan Sandra y su esposo es de cinco mil frutas por día, en una jornada laboral de ocho horas.
“Es un trabajo muy duro, estar bajo el sol en ocasiones, pero es algo que se tiene que hacer para sacar la cosecha y tener el sustento para vivir”, aludió.
PRODUCCIÓN ARTESANAL
La extracción de aceite de manera artesanal requiere de un arduo trabajo. La elaboración comienza desde el cultivo de la planta e involucra el proceso de secado. Ya seco, el fruto es pelado para dejar el hueso, ahí donde viene el líquido. La carne de esta parte se ralla y remoja en agua caliente, después se exprime para quitar la humedad.
Posteriormente, el producto es licuado y el bagazo obtenido es pasado por un filtro para separar la leche de coco de los residuos; la primera se deja reposar para que, de manera natural, se separe el líquido de la manteca.
Finalmente, ésta es puesta a evaporar para eliminar los residuos de agua y obtener el aceite.
VARIEDADES DE CULTIVO
Sandra contó que existen innumerables maneras de utilizar la planta, y aunque la mayoría de producción se ocupa para sacar aceite, también se extrae el agua y muchos otros productos. Del fruto verde, por ejemplo, sólo se aprovecha el líquido.
“Hay variedades de coco, el que más estamos utilizando es el hibrido, por su tamaño, porque trae más agua y es más grande”, indicó la productora. Agregó que también cuentan con otra especie, conocida como Enano Verde, que en su sabor y dulzura es mejor que el hibrido.
Esta variedad tiene 7.5 grados Brix de dulzura y hibrido tiene 3.5, por lo que es un poco menos dulce; sin embargo, su desventaja es que es pequeña, por lo que a los compradores les conviene más comprar el hibrido, que trae más agua.
PROCESO DE SECADO
Cuando no se aprovecha el agua de coco, éste se somete a una serie de procesos para ser utilizado al 100%. El primero es el secado.
Sandra María señaló que este paso toma de tres a cuatro meses y se hace de manera temporal. El coco tiene que secarse solo, de forma natural y sin extracción del líquido, al hacerlo, se caracteriza por formar a su interior la llamada “manzanita”, una fruta de la cual se desarrolla el futuro árbol y es comestible e increíblemente dulce.
Del fruto seco se puede sustraer leche, el aceite, utilizarse para repostería y cocina al rayar su “carne”; el bagazo es ideal para alimentar al ganado; el sustrato y fibra son utilizados en viveros ya que tienen una amplia retención de humedad. “Del coco no se desperdicia nada, es utilizado en su totalidad”, destacó.
OBTENCIÓN DE ACEITE
La entrevistada mencionó que durante años , en Luis Echeverría se ha elaborado el aceite de coco de manera artesanal, aunque en los últimos meses fueron beneficiados con una maquina extractora de aceite en frio, lo que les ha permitido aumentar mucho la producción.
“El problema que tiene la manera artesanal, es que no rinde de la misma manera, por la evaporación. Para la elaboración de un litro de aceite de esta forma, es necesario invertir dos días de trabajo”. Para el proceso con maquina es necesario secar el coco, rayarlo, extraer la carnaza, extenderlo al sol y luego pasarlo a la prensa para la obtención del aceite.
COMERCIALIZACIÓN
En cuanto a la comercialización de los productos, Sandra María reveló que no cuentan con un negocio como tal, pues los pobladores los venden a manera de detalle.
“La gente que ya sabe que tenemos, vienen, nos compran, por ejemplo, se han organizado las Ferias del Coco, especialmente para impulsar la venta”, expresó.
Lamentó que en la actualidad no cuenten con un cliente fijo, por lo que la comunidad ha realizado reuniones para analizar el modo de obtener la famosa tabla nutrimental, el código de barras y la marca de productos. De concretarse, podrán aumentar significativamente sus ventas y con ello volverse una localidad próspera.