Por Geovanny Zapata
CHETUMAL, Q. Roo.- La discapacidad ha estado sujeta por muchos años a la discriminación, debido a la falta de conocimiento de la sociedad sobre esta condición, lo que ha impedido que estas personas puedan gozar plenamente de sus derechos y un trato igualitario en ramos como la salud, trabajo, vivienda, justicia, cultura y transporte público.
Don José Silverio Mena Osorno, de 67 años, quien tras una larga vida de trabajos realizados en orden, esto y a pesar de contar con una discapacidad, sostuvo a su familia integrada por tres hijos y su esposa Elsy Mena Díaz Canul.
Ahora, tras su jubilación, se dedica a prestar el servicio de taxi inclusivo para apoyar a las personas que por alguna razón son discriminadas por el transporte público de la capital.
HISTORIA
Desde muy niño, don José sufrió un accidente en el que perdió una extremidad, discapacidad que no lo frenó ante los retos de la vida.
Uno de sus primeros trabajos fue como cargador de refrescos en Chetumal, el cual desempeñó por muchos años, sin contar con una mano que le impidiera sostener bien las cosas.
Después trabajó por 22 años en la distribuidora de Diconsa del Sureste, y al ser finiquitado emprendió un negocio con su esposa: una cocina económica
conocida como “Restaurante Villahermosa”, que operó por 15 años y la cual cerró por problemas para pagar impuestos al Gobierno.
Posteriormente comenzó a laborar para la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado en el 073 por tres años, empleo que dejó al sufrir un accidente laboral y presentar problemas de cadera.
“Yo he trabajo como cualquiera que está ÔÇÿcompletoÔÇÖ, esto no ha sido limitante, me he demostrado que con perseverancia y esfuerzo se puede”, enfatizó don José.
NACE LA IDEA
A los 66 años, con tres hijos y sólo viviendo con su esposa Elsy, con 45 años de matrimonio, se une a la asociación Una Luz en el Camino de Quintana Roo A.C., donde toma el puesto como secretario general.
Comentó que el presidente es el doctor Manuel Santamaria Mex, quien es ciego, con el que lleva 14 años en la agrupación.
Explicó que la asociación nació gracias al problema que sufren las personas discapacitadas por los prestadores de servicios de transporte público en la capital del estado.
“Los taxistas no llevan a las personas en sillas de rueda, y muchas veces no te agarran o porque eres ciego o simplemente por ser discapacitado”, dijo.
Relató que, en una ocasión, el doctor Santamaría y su esposa venían a ocupar un taxi en un día lluvioso, al subir y ver la condición del doctor, optó por bajarlos en pleno aguacero.
Ante esto, fue presentado una demanda formal ante Sintra y el operador fue acreedor a una multa ejemplar. “A partir de ese día nace la idea”, resaltó.
BÚSQUEDA DE LA UNIDAD
Don José mencionó que encontraron un vehículo perfecto para prestar este servicio, mismo que se encontraba parado en un lugar llamado La Isla del Manatí, propiedad del CRIC.
Comentó que su presidente y él pidieron prestada la unidad, a través de su asociación, tras realizar las pláticas correspondientes con las distintas áreas gubernamentales implicadas, le dieron luz verde a este proyecto.
Sin embargo, el auto no servía, por lo que se tuvieron que hacerse cargo de la reparación y mantenimiento de la unidad.
“No lo pensamos dos veces, le metimos su lana al carro porque la verdad estaba hecha para nada”, aludió. Indicó que al principio el Sindicato Único de Choferes de Automóviles de Alquiler (Suchaa) se opuso, alegando que no contaban con una placa para prestar el servicio, pero se logró un acuerdo.
Mismo que duró poco, pue al comenzar con las labores comenzaron los roces con los taxistas, quienes no permitían laborar a dicha unidad.
“Cuando inicié, comenzaron los problemas con los taxistas que no me dejaban ni siquiera estacionarme para agarrar a alguien”, expresó.