Las consecuencias del calentamiento global ya son visibles en Groenlandia.
Aunque la capa de hielo interior de este territorio danés se derrite cada año en el verano boreal -normalmente en julio, cuando alcanza su punto más alto-, los expertos alertan que este año está sucediendo más temprano.
“Tuvimos un primer gran evento (de pérdida de masa de la capa de hielo) ya a principios de mayo, aproximadamente cuatro semanas antes que el promedio. Si eso sucede al principio de la temporada, la nieve desaparece y el hielo descubierto se hace visible (y tiende a derretirse más rápido)”, explicó a REFORMA Martin Stendel, investigador senior del Instituto Meteorológico de Dinamarca.
“Cerca de Nuuk (la capital de Groenlandia), ya se han derretido 1.2 metros de hielo. Esto sucede todos los años, pero no tan temprano en la temporada”.
La fotografía de los perros jalando el trineo fue captada por el científico Steffen Olsen el 13 de junio, cuando las temperaturas alcanzaron su punto máximo en la zona, 17.3 grados Celsius, lo que provocó un rápido derretimiento de alrededor del 45 por ciento de la superficie.
De continuar así, los expertos alertan que el deshielo podría compararse con el ocurrido en 2012, año en que se registró un récord en la pérdida de la capa de hielo de Groenlandia.
“Eso es completamente posible. (…) A menos que tengamos una gran nevada en pleno verano”, indicó el científico del clima.
Uno de los efectos directos del deshielo en Groenlandia, que cada año es de alrededor de 234 gigatoneladas, es el aumento en el nivel del mar, que, desde 2002, ha tenido un incremente de 1 centímetro.
“Puede que eso no suene mucho, pero la fusión se acelerará en el futuro. Si todo el hielo en Groenlandia se derritiera -un proceso que llevaría varios miles de años-, el nivel del mar aumentaría 7 metros”, puntualizó Stendel.
A medida que el hielo se consume, las comunidades locales que dependen de él para el transporte, la caza y la pesca sufren cada vez más.
En el resto del mundo, de acuerdo con los científicos, las altas temperaturas y las sequías también podrían agravarse.
Parte de esos efectos se están haciendo visibles en el calor extremo de los últimos días en Europa, por ejemplo, cuando en el sureste de Francia se alcanzó un récord de 45.1 grados centígrados el 28 de junio.
Ante ello, los especialistas piden tomar acciones urgentes para reducir el carbón.
“(Hay que reducir) la quema de carbón, petróleo y otros combustibles fósiles para minimizar un mayor aumento de la temperatura”, apuntó Stendel.
En los últimos meses, una ola de protestas para exigir medidas contra el calentamiento global se desató en varias ciudades de Europa, lo que provocó un incremento de los escaños de Los Verdes en el Parlamento Europeo.
El Acuerdo Climático de París de 2015 es el candado que varios países sostienen para frenar el cambio climático. Sin embargo, Estados Unidos se salió del pacto en junio de 2017 y Brasil amenaza ahora con ser el siguiente.
Con información de Reforma