Hay restaurantes de carnes a la parrilla en el poniente de la Ciudad de México que son buenos, pero que sean expertos, ¡solo La Vicenta!
Con una ambientación única entre maderas, vegetación y aromas a parrilla al mezquite, La Vicenta Santa Fe abre sus puertas y enciende las brasas con una propuesta gastronómica única que impresiona y bastante. Sigue leyendo y conoce las nuevas especialidades a la parrilla que los expertos prepararon para ti.
Si estudias o trabajas por el área de Santa Fe, date una vuelta en el centro comercial City Walk, pues te está esperando un lugar del que seguramente has oído hablar bastante. Con sus excelentes promociones de tragos dobles, La Vicenta presenta un menú de bebidas y coctelería totalmente renovado, en el que puedes encontrar tus destilados favoritos, menjurjes de autor y coctelería de cajón, y todo viene de dos en dos.
Desde que recibes el nuevo menú, das un paseo por las entradas y literalmente no sabes cuál escoger: los ya conocidos cueritos borrachos son una delicia que se acompañan con tortillas recién hechas; las empanadas son hechas al momento y las hay de tres quesos, carne, espinaca y la humita, una combinación de elote, cebolla asada y queso gouda.
Un must para el primer tiempo es un jugo de carne con su shot de cerveza oscura y mucho limón, o una ensalada césar preparada ante tus ojos. Después pasamos al momento del taco, con los exquisitos tacos arracheros coronados con aguacate o los barra brava, de top sirloin y chistorra. Es obvio que si estas en La Vicenta, te vayas a lo grande con los cortes selectos al carbón: New York, arrachera, rib eye, picaña o pídete la parrillada, esta hecha para compartir.
Si alguno de tus acompañantes no es fan de las carnes rojas, el menú tiene opciones a la parrilla que vienen directo del mar: camarones al ajillo, salmón a la parrilla o bife de atún, son solo algunos platillos que te podemos presumir hasta el momento.
La Vicenta es un lugar hecho para ir entre amigos y en familia (hasta los niños se la pasan bien, pues los Sábados y Domingos no pagan), donde la precopa y el buen comer son una garantía.