Por Geovanny Zapata
CHETUMAL, Q. Roo.- Desde 2015, fecha en que inició el arribo masivo de sargazo a las costas quintanarroenses, la costa maya ha sido impactada de forma negativa, pues la descomposición de la especie ha afectado al manto freático y a la red de arrecifes, manifestó Héctor Hernández Arana, titular del Colegio de la Frontera Sur.

El especialista reconoció que, en el caso del mar, los lixiviados han provocado la muerte de hectáreas de arrecifes de corales blandos y duros, hogar de innumerables especies marinas.

Respecto a las acciones para combatirlo, estas no han seguido un esquema definido con estrategia o supervisión de alguna autoridad. “La gente limpia sus playas con un fin, el beneficio económico, pero no considera el impacto ambiental que ha ocasionado el sargazo al ecosistema”, expresó.

Afirmó que con el paso de los años se han podido analizar el comportamiento del sargazo y el daño que produce, reflejado en la pérdida de las playas.

Sin embargo, dijo que aún falta investigar los efectos del oleaje, ya que el sargazo depositado en las playas es devuelto al mar arrastrando consigo porciones de arena.

Manifestó que desde el año pasado se observó que cuando la materia orgánica se descompone, ésta se deposita en la zona de arrecifes, provocando serios problemas, principalmente en poblaciones que subsisten gracias a la pesca; y alertó que las especies que habitan
en estos lugares se encuentran en real peligro.

Destacó que es necesarios tener una estrategia, supervisión y orientación técnica para los pobladores de las zonas costeras para contrarrestar de forma efectiva los embates de la macroalga.

Consideró que los estudios de evaluación del impacto ambiental podrían tardarse entre cinco y diez años.

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