Un manjar que ha llegado para quedarse, el Alaskan King Crab de todos los cangrejos que se capturan en el mundo es el más impresionante y grande sin duda alguna, toda una excelencia gastronómica. Su calidad y sabor son únicos, estos se desarrollan justo en las corrientes frías del extremo norte de nuestro continente.
En Alaska se encuentran distintas especies de Cangrejo Rey, el proceso tan complejo para su captura, el gran sabor y su enorme tamaño son algunas de sus cosas en común.
Las tres especies que son las más importantes de King Crab de Alaska: el cangrejo real rojo, de Bristol Bay, Norton Sound y el archipiélago de Kodiak; el cangrejo real azul, que habita la isla de San Mateo e Islas Pribilof; y el cangrejo real dorado, que vive en las Islas Aleutianas.
Entre todos, el cangrejo real rojo es al que más valor ha adquirido por la calidad de su carne.
Para que pueda ser considerado como tal, se tiene que cumplir algunos requisitos en específico, tales como: un tamaño mínimo y que depende del tipo de cangrejo real puede que sea legal o no en diferentes temporadas del año y solo se deben mantener a los machos.
Pero, ciertamente fuera de Alaska existen más especies de cangrejo real. Por ejemplo: Rusia, Japón y también Sudamérica. Hasta la fecha se conoce la existencia de poco más de 40 especies diferentes.
En Alaska las especies de cangrejos reales tienen un tamaño muy similar; sin embargo, cada uno es totalmente diferente y se encuentra en diversos lugares del océano frente a la costa.
El que más sobresale de todos es el gran rey rojo, con sus patas que pueden llegar hasta poco más de 5 pies y un peso que se logra elevar a las 24 libras. El segundo cercano, el rey azul, de un tamaño no tan impresionante como el del rey rojo y que se encuentra en zonas más profundas del océano y que tiende a adquirir un tono muy parecido al del rey rojo. El más pequeño de todos es el rey dorado, con un sabor más suave, que no es tan cotizado si lo comparamos con los anteriores.
El Alaskan King Crab ha obtenido una nueva mística en los últimos años, esto no solo se debe a su impresionante aspecto ni a su exquisito sabor, sino también por lo peligroso y complejo que se puede volver el momento de su captura, lo que eleva su precio y lo vuelve una manjar muy exclusivo.
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