El Parlamento de Taiwán aprobó la compra de 66 aviones de combate estadounidenses F-16 por un costo de ocho mil 80 millones de dólares, a fin de reforzar la defensa de la isla ante las declaraciones de China de que la reunificación del país es su máxima prioridad.
El Parlamento aprobó este miercoles la tercera lectura del acta especial para la compra de nuevos modelos de caza de combate, completando así la legislación necesaria para la adquisición a Estados Unidos de una remesa de 66 cazas de combate F-16V, destacó Radio Taiwán Internacional.
El Ministerio de Defensa señaló que China ha venido expandiendo y mejorando su capacidad en los últimos años, diseñando y construyendo todo tipo de aviones de útlima generación y elevando su capacidad de poner en riesgo el espacio aéreo de Taiwán. La compra de nuevos cazas es por tanto necesaria.
En agosto de este año, el presidente estadounidense Donald Trump firmó el contrato de venta de estos cazas en lo que supone la mayor venta de armas a Taiwán desde 1992.
El legislador Wang Ding-yu dijo que esta es la primera vez que la Comisión de Defensa hace uso de un acta especial para habilitar un presupuesto xtraordinario.
Destacó que los F-16V son los cazas de combate de tamaño medio más potentes de la región de Asia-Pacífico y satisfacen las necesidades de protección del espacio aéreo de Taiwán.
En tanto, China ha denunciado que la venta de armas es una violación del derecho internacional y perjudica la soberanía y la seguridad nacional del gigante asiático.
China señala que el envío de equipos bélicos a Taiwán también infringe seriamente las normas básicas sobre los nexos entre las distintas naciones del mundo, el principio de Una sola China y lo estipulado al respecto en tres comunicados firmados por Beijing y Washington.
En 1949 Beijing y Taipéi suspendieron sus relaciones, luego de que las fuerzas del partido nacionalista chino Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista de China y se trasladaran a Taiwán.
A fines de la década de 1980 los vínculos entre ambos territorios chinos solo se restablecieron a nivel empresarial e informal, sin que existan en la actualidad contactos oficiales entre las autoridades.
Beijing considera a Taiwán como su provincia rebelde y rechaza tener relaciones diplomáticas con cualquier país que las mantenga con Taipéi.