Pedro Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), confirmó la intención de abrir “para cuando el Tren Maya esté listo” (2023), las zonas arqueológicas de Nadzcaan, en Campeche; Kulubá, en Tizimín, Yucatán, e Ichkabal, en Bacalar, en el sur de Quintana Roo.
Asimismo, el funcionario consideró “erróneo” y “aventurado” haber anunciado hace un año que la zona arqueológica estaba lista para abrirse, como hizo en su momento la titular de Turismo, Marisol Vanegas Pérez, quien incluso aseguró que se habían invertido cinco millones 700 mil pesos en todos los proyectos técnicos.
Es importante que el público sepa que no es nada más el tema de la tierra, que obviamente es un aspecto fundamental para garantizar el acceso a una zona arqueológica, subrayó.
En el caso de Ichkabal, fue erróneo afirmar que estaba lista para abrirse porque aún no se tiene toda la investigación que se requiere para que la gente que la visite pueda llevarse una experiencia grata y un conocimiento cierto.
En entrevista para el noticiero matutino de Radio Fórmula, explicó que en Ichkabal falta investigación, pero también trabajos de conservación, dado que se trata de una zona en la que hay mascarones monumentales, y atender el tema de la infraestructura, pues la gente no puede llegar si no se tienen servicios que le permitan una visita placentera y segura.
Además, explicó que falta dotar a la zona arqueológica de señalización para que la gente tenga información que le brinde un conocimiento didáctico acerca de ese sitio tan relevante en el sur de Quintana Roo.
La supuesta apertura hace dos años fue una información “aventurada” porque hay varias cosas pendientes y sólo procede luego de un proceso, largo, complejo para garantizar que el cumplimiento de diversos puntos y que su conservación adecuada para futuras generaciones, añadió. El programa que tenemos busca asegurar recursos para garantizar todos esos procesos, subrayó.
Cabe señalar que el hallazgo de Nadzcaan, en el municipio de Calakmul, Campeche, se dio en 1993; Kulubá, en Tizimín, Yucatán, tuvo una relación importante con las urbes mayas de EkÔÇÖ Balam y, particularmente, Chichén Itzá, ya que se convirtió en parte de su red de comercio y control territorial hacia la costa norte; y en cuanto a Ichkabal, cercana a la laguna de Bacalar, se considera más antigua que Chichén Itzá y Uxmal, fue descubierta en 1995.
“Son las zonas arqueológicas con más posibilidades de ser abiertas a la visita pública, a propósito de la construcción del Tren Maya”, precisó el entrevistado.
Sánchez Nava dijo que en el país hay más de 53 mil zonas arqueológicas inscritas, de las cuales 193 están abiertas, además de una paleontológica, pues llegar a eso requiere procesos muy dilatados porque hay que hacer exploraciones que permitan obtener información con certeza y de manera sistemática.
“Teotihuacan se descubrió desde el siglo XVII y a diario se siguen encontrando sorpresas”.
Entendemos que se busca que sea rápida la apertura de una nueva zona arqueológica, que permita incluso el desarrollo del entorno, pero se debe cumplir todo un proceso.
“Lo que sí se puede afirmar es que, para cuando el Tren Maya esté listo, la zona arqueológica de Ichkabal lo estará para ser visitada por los turistas y personas interesadas”.
Con información de INFOQROO