Banco Chinchorro es el único sitio arrecifal de todo el Caribe Mexicano donde el síndrome blanco aún no ha penetrado, de acuerdo con el investigador Lorenzo álvarez Filip, quien ya trabaja en hipótesis explicativas.
A más de un año de que esta mortal enfermedad se detectara en México, este sitio sigue estando libre de la plaga.
“Desde septiembre del año pasado, cuando fuimos por primera vez a Chinchorro, encontramos que no había (la enfermedad coralina). En ese momento, decidimos que era una prioridad regresar regularmente para estar checándolo y ver que siga en buenas condiciones”.
“En enero de este año, hace tres semanas regresamos, todo en colaboración con la Conanp, para darle continuidad a esto. Felizmente pudimos ver que todavía no hay evidencia de que el síndrome blanco esté llegando, lo cual es una buena noticia, pero también una gran responsabilidad”, comentó álvarez.
En diciembre del 2019 la Conanp (Comisión Nacional de áreas Naturales Protegidas) publicó un informe en el que se alertaba que los corales pilar, laberinto, flor suave y cerebro de valles amplios estaban a punto de extinguirse de manera local, a causa del síndrome blanco.
En el reporte, difundido por la organización Barco Lab, de la que está a cargo álvarez, se alertaba que el porcentaje de afectación de los arrecifes coralinos por esta enfermedad aumentaba de 30% a 40%. Entonces apuntaron que Chinchorro era el único sitio a salvo. Ahí se encuentran, tal vez, los únicos ejemplares saludables de los corales amenazados.
“El síndrome blanco no es una cuestión que solo esté afectando a México, se está expandiendo a todo el mar Caribe”, advirtió el biólogo.
Hay distintos factores que pueden explicar esta anomalía en Chinchorro. El primero es que está separado a una distancia relativamente amplia, entre 30 y 40 kilómetros de la costa”, indició el investigador.
El segundo es que existe un canal muy profundo de agua que funge como una barrera natural, que impide pasar a esta rara enfermedad.
La conjugación entre la distancia y el canal están resguardando y aislando a esta reserva biológica de los factores humanos que posiblemente estén causando esta enfermedad, como el vertimiento irregular de aguas residuales al manto freático, mares y demás cuerpos de agua de la región; aumento en la presencia de nutrientes en el mar y en la temperatura de los océanos, entre otros.
Por RICARDO HERNáNDEZ