Quintana Roo sumó 14 muertes maternas en el 2019, y en lo que va del 2020 se registran dos. Las causas son multifactoriales, relacionadas a enfermedades hipertensivas, hemorragia obstétrica, edemas y otros que complican el embarazo o el parto.
El reporte semanal de la Secretaría de Salud, en sus informes de vigilancia epidemiológica a nivel nacional indica que el concepto de Razón de Mortalidad Materna (RMM) calculada es de 27.7 casos por cada 100 mil nacimientos.
Según datos del informe semanal de notificación de muerte materna correspondiente a la sexta semana del presente año, de la Secretaría de Salud, la cifra muestra un decremento de 14.4% con respecto a la misma fecha del año pasado.
Destaca que el grupo de edad con mayor razón de mortalidad es de diez a 14 años, y el que tiene más defunciones es el de 30 a 34 años, teniendo generalmente por principales causas de defunción la hemorragia obstétrica con 22.5%, las enfermedades hipertensivas, edemas y proteinuria en el embarazo, el parto y el puerperio con 18.3 %; y males del sistema respiratorio, con 7%.
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Los estados con mayor mortalidad materna, tomando como parámetro la media nacional, son Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Oaxaca, Tlaxcala, Durango, Campeche, Sinaloa, Quintana Roo, Colima, Jalisco, Chiapas, Nayarit y Chihuahua.
Las entidades con más defunciones maternas este año son Jalisco con diez, Chiapas con nueve, Estado de México con ocho y Chihuahua con seis. En conjunto suman el 46.5% de las muertes registradas hasta esta sexta semana.
El factor migratorio coloca a Quintana Roo en estado de vulnerabilidad, porque muchas mujeres no llevan el control total en las unidades de salud locales.
El jefe de la Jurisdicción Sanitaria Número 2, con sede en Cancún, Homero León Pérez, expuso: “Desafortunadamente tienen contacto con nosotros ya cuando el embarazo está más avanzado y por eso es por lo que, como política de cero rechazos, no importa si tienen o no derechohabiencia, todos los hospitales reciben a las mujeres embarazadas con algún signo de alarma, es decir: sangrado, dolor de cabeza persistente, que haya inmovilidad del bebé o que haya zumbido de oídos”.
Por Elisa Rodríguez