Con el Tren Maya se podrán mover mercancías con mayor facilidad hacia Estados Unidos, ya sea las que provengan del continente asiático o las del centro y sur de México, de acuerdo con especialistas.
Este megaproyecto ferroviario, que atravesará cinco entidades, reordenará el territorio del sureste de México, advierten en el arranque de Territorios Mayas en el paso del Tren, elaborado por un grupo de especialistas constituido por el Conacyt.
Al conectarse con el transístmico, se reconfigurará el sureste de México y será competente con otras zonas geográficas del continente americano, como Panamá, señalan.
Ambos proyectos se interconectarán con puertos marítimos, carreteras y demás vías férreas lo cual articulará esta región y dotará de infraestructura vial que lubricará el movimiento de mercancías, sostienen.
El proyecto, resumen, consiste en aprovechar la geografía para promover el desarrollo y mitigar las problemáticas sociales generadas por los flujos de migrantes extranjeros que transitan por la región, y que se quedan en ella en condiciones difíciles.
También, por los migrantes de la zona que dejan a las comunidades sin varones ni jóvenes en su ruta hacia Estados Unidos.
“Todo esto mediante una infraestructura que convertirá a la zona en un hub de competencia mundial equivalente al de Panamá”, sostienen.
Ello, ahondan, se convertirá en un atractivo hacia el extranjero, pues desde la entrada en vigor del TLCAN, México se ha configurado para ser el territorio desde el cual se trasladan mercancías que van hacia Estados Unidos.
“La infraestructura de paso entre bloques económicos disminuiría los costos de bajar hasta Panamá y facilita el traslado entre regiones del propio Estados Unidos, sin tener que atravesar las montañas rocallosas”, explican.
“La riquísima región del sur-sureste, con estos megaproyectos, será una ruta de paso estratégica para el mercado mundial”, remachan.
Fue a finales de septiembre de 2019 que el Conacyt invitó a más de 30 personas de reconocida experiencia, adscritas a instituciones públicas de investigación, organizaciones no gubernamentales y organizaciones sociales regionales, a participar en un grupo de trabajo voluntario para generar una serie de documentos.
En ellos se analizaran “con plena libertad de pensamiento y expresión y con apego a evidencia bien fundamentada” las condiciones sociales, económicas y ambientales prevalecientes hasta 2019 en los territorios sobre los cuales el Fonatur había proyectado el Tren Maya.
Se les pidió que, con base en la información disponible sobre el proyecto, analizaran cuidadosamente los riesgos que diferentes voces de nuestra sociedad señalaban, a fin de que pudieran considerarlos y atenderlos los diversos actores involucrados en el plan del Tren Maya.
El resultado fue un documento con más de 300 páginas en el que se identifican problemas, riesgos e, incluso, algunas propuestas de solución.
Por Ricardo Hernández