El Gran Acuífero Maya es un laboratorio natural para las ciencias y un motivo de primer orden para la difusión del patrimonio natural y cultural, consideró la arqueóloga Ana Katalina Celis.
La maestra en Ciencias en Oceanografía Costera añadió que esta es una vasta red de pasajes subterráneos inundados que abastecen desde hace milenios a los ecosistemas y los pobladores de la península de Yucatán y que posee valor turístico y económico principalmente por sus cenotes, cuerpos de agua formados con el paso de los milenios, que atraen a cientos de visitantes en Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Sin embargo, el valor de este acuífero va más allá, pues se descubrió que los cenotes son accesos a una red subterránea que capta rápidamente el agua pluvial, gracias al suelo kárstico de la Península de Yucatán, la cual almacena para proveer de los más elementales recursos a los ecosistemas selváticos, de mangle o de esteros que caracterizan a estas tres provincias.
La especialista es responsable de Investigación en el Proyecto Gran Acuífero Maya (GAM) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y expuso cómo desde esta iniciativa laboran con jóvenes universitarios para difundir en círculos profesionales, estudiantiles y en comunidades mayas, la conciencia de lo que es y representa la red subterránea que integra al acuífero.
En estos equipos participan jóvenes de diversos intereses académicos: ingeniería, desarrollo de empresas turísticas, biología y sustentabilidad, quienes hermanan sus proyectos de tesis con las tareas de difusión del GAM, mediante la interacción con el grupo de expertos que integran el proyecto.