Amado Nervo, el arquitecto de su propio destino, nació un día como hoy, pero de 1870, y es uno de los poetas más representativos del movimiento modernista mexicano.
En sus obras destaca una búsqueda persistente de la belleza, con el afán de renovar la sociedad decadente y conformista de finales del siglo XIX y principios del XX.
Aunque escribió novelas, ensayo, teatro y cuentos, es más recordado por su poesía, donde destacan Perlas Negras y La Amada inmóvil.
Al día de hoy, su poesía puede resultar sentimental, incluso cursi y anticuada, "embarrada" de una moralidad católica cuya resignación permea en cada uno de sus versos. "He de morir como muere/ un caballero cristiano./ Humilde, sin murmurarÔǪ"; sin embargo, sus obras exploran las emociones humanas y eso lo vuelve universal y válido, el amor y la muerte, la pérdida de seres queridos, la belleza femenina, la religiosidad, la finitud de la vida y la vejez, son temas habituales en sus obras. "¡Cuánto, cuánto la quise! ¡Por diez años fue mía;/
pero flores tan bellas nunca pueden durar!/ Era llena de gracia, como el Avemaría/ y la fuente de gracia de donde procedía/ se volvióÔǪ como gota que se vuelve a la mar".
Muchas de sus letras son replicadas en los boleros, tangos, canciones infantiles y baladas. Como ejemplo está la canción "Si tú me dices ÔÇÿvenÔÇÖ", de Los Panchos, inspirada en el poema homónimo de Nervo, o el tango "El día que me quieras", de Gardel o "En paz", que canta Pablo Milanés.
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Amado Nervo, el arquitecto de su propio destino, y Acuña, el amante trágico
Pocos versos mexicanos son tan famosos como: "¡Pues bien! yo necesito/ decirte que te adoro/ decirte que te quiero/ con todo el corazón;/ que es mucho lo que sufro,/ que es mucho lo que lloro,/ que ya no puedo tanto/ al grito que te imploro,/ te imploro y te hablo en nombre/ de mi última ilusión.", escritos por Manuel Acuña, otro poeta que también cumpliría años hoy.
Acuña Nació el 27 de agosto de 1849, y es considerado el máximo representante de otra corriente arraigada en las letras nacionales: el romanticismo.
Aunque su vida fue muy corta, se suicidó a los 24 años, presuntamente por el desamor de Rosario de la Peña, una intelectual mexicana, dejó una obra consistente, formada por 80 poemas amorosos, patrióticos, humorísticos y de circunstancias, una obra de teatro, tres artículos y 12 cartas.
Su legado es reconocido a nivel internacional, incluso por figuras como José Martí, el político e intelectual cubano.
De acuerdo con críticos como Mariana Ozuna Castañeda, la obra de Acuña no pasa de moda porque representa un dolor juvenil que aún existe: la pobreza que obliga a la migración, la separación de los seres queridos y la soledad.
Con información de La Razón