CIUDAD DE MÉXICO.- Hoy en día la tecnología es inseparable de la sociedad, pero no siempre es bien vista por todos. Cuando existen consejos para mediar o disminuir el tiempo de pantalla de los niños, normalmente a 2 horas diarias, la tecnología puede verse como un enemigo a vencer. Sin embargo, expertos abogan por una paternidad conectada que vea en los dispositivos y el Internet una mano amiga.
Los padres tienen problemas con el tiempo utilizado en un smartphone o en redes sociales, normalmente en un discurso donde la tecnología no sólo es mala sino dañina. Si bien existen estudios que pueden afirmar un efecto negativo de un uso excesivo de la tecnología, ahora se busca invertir la perspectiva para desmitificar la carga negativa de su uso.
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Un ejemplo de estos nuevos argumentos es el libro The Connected Parent: An Expert Guide to Parenting in a Digital World, donde se abordan riesgos y oportunidades de los dispositivos. Más que ver la tecnología como una distracción o algo malo, también existen apps y proyectos para ser una herramienta de aprendizaje, para socializar o ser participes de los cambios sociales.
John Palfrey y Urs Gasser, autores del libro y expertos en el tema, aconsejan mantener una mente abierta a las nuevas tecnologías antes que miedo. Aprender sobre las nuevas tecnologías para desarrollar habilidades contra los riesgos que existen, al mismo tiempo que se presenta como un modelo a seguir.
Otro libro sobre el tema es The Art of Screen Time: How Your Family Can Balance Digital Media and Real Life. La autora como madre trata de guiar sin culpa a preguntas sobre el tiempo de pantalla en niños, a notar que los estudios sobre los efectos son alarmistas sin verdaderas pruebas. La mayoría de los estudios revisados son correlacionales y no causales, parten de notar lo malo como la relación con la obesidad o conductas antisociales.
“Mi conclusión de todo esto es que criar a los niños lejos de todos los medios de la pantalla no es práctico, si no imposible. Y no hay forma de tener una previsión perfecta sobre el impacto de nuestras elecciones. Lo mejor que podemos hacer como padres en este momento es compartir información, estar atentos a las señales de peligro y confiar en valores”, escribe Anya Kamenetz, autora del libro.
La tecnología no se irá de la vida diaria, por lo que tener miedo a sus efectos o prohibir su uso no es recomendado como una buena aproximación. Aunque no pueden negarse los riesgos, tampoco los beneficios; de ahí la recomendación de aprender para saber evitarlos y enseñar en contra de ellos. Un “padre conectado” que vea oportunidades en vez de castigos puede resultar el futuro de la paternidad.