Restaurarán playa en la zona hotelera

CANCÚN.- Será restaurada la playa ubicada en el kilómetro 8.5 del boulevard Kukulkán, en la zona hotelera de Cancún, según consta en una Manifestación de Impacto Ambiental ingresada el 20 de enero a la delegación federal de la Semarnat en Quintana Roo por la empresa Administradora Las Olas Cancún.

El proyecto contempla la extracción de arena para la recuperación de la playa colindante con el inmueble residencial Las Olas.

De acuerdo con la información contenida en la última Gaceta Ecológica de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se va a rellenar una superficie de dos mil 338 metros cuadrados.

El documento se ha admitido a trámite y es posible que pase a una consulta pública; en los próximos meses será evaluado y aprobado o rechazado.

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PROBLEMA LATENTE

En los últimos años, la erosión y pérdida de arena en Cancún se ha vuelto un problema cada vez más frecuente y preocupante.

En octubre pasado, 24 HORAS QUINTANA ROO reportó que los vientos del huracán Zeta extrajeron grandes volúmenes de arena y los depositaron sobre el boulevard Kukulkán, frente a Playa Delfines.

Las playas de Cancún se han deteriorado por la construcción de hoteles sobre dunas cercanas a la costa y la deforestación de vegetación, entre otras cosas, cuestiones que advirtieron los especialistas desde la fundación de la ciudad.

En 1969, tras la proyección del complejo turístico y hotelero de Cancún, Antonio Enríquez Savignac, en calidad de delegado fiduciario de Infratur, organizó todo tipo de estudios, de oferta y demanda, prospección en el mercado del turismo, financieros y medioambientales, pues entre la franja de tierra donde se proyectaba el desarrollo de hoteles y la zona continental, mediaba un sistema lagunar y de humedales de importancia superlativa.

En 1971, Enríquez Savignac acudió personalmente al Instituto de Biología de la UNAM para encargar un estudio sobre los posibles impactos que causaría un desarrollo hotelero a la naturaleza de la región.

“Estuvo muy bien el interés de ellos. Hasta donde yo recuerdo, era genuino. No era un interés de los desarrollistas de hoy en día”, recordó Eric Jordán Dalhgren, uno de los seis biólogos que elaboraron el estudio.

“Les preocupaba qué podía pasarle a la laguna, porque era muy bella. Entonces, contratan al Instituto para que se haga la primera evaluación de la condición de la laguna”, agregó.

Una de las advertencias de los biólogos iba en el sentido de respetar las dunas costeras: no edificar a menos de entre 11 y seis metros de alejamiento desde la orilla de la cresta de la duna, dependiendo de la playa. Sin embargo, con el paso de los años, se fueron erigiendo cada vez más hoteles, incluso, al pie de la playa.

Esto provocó que fenómenos como los huracanes Gilberto (1998) y Wilma (2005) desnudaran la costa, que ya había perdido dunas y vegetación.

“Wilma se llevó las playas, las desapareció. Te asomabas y lo único que veías eran rocas”, recordó Fernando Martí, cronista de la ciudad. Tuvieron que extraer toneladas de arena del fondo marino para depositarlo nuevamente en las costas, cambiando el ecosistema.

Con información de Ricardo Hernández