Pablo Chávez Gudiño, taxista de profesión, atravesó por una historia digna de un cortometraje. Hace unas semanas un hombre le hizo la parada pero él no se detuvo ya que ya había acordado un viaje horas atrás.
El fuerte tráfico que se origina en Jacaranda y Anillo Periférico obligó a Pablo a tener que detener su taxi, lo que nunca se imaginó es que el hombre que metros atrás le había hecho la parada lo alcanzaría, esta vez de una forma más agresiva, pues el sujeto abriría la puerta del taxi con un arma en la mano, diciéndole que lo disculpara pero la situación ameritaba ese tipo de acción.
El hombre explicó que su madre estaba enferma y que tenía que llevarla de urgencias al Instituto Nacional de Cardiología, más tardó en decir esto que en lo que una mujer con mascarilla en las vías respiratorias ingresó al vehículo, la paciente crítica por Covid-19 ascendió al carro mientras a Pablo le era despojado su celular, para poder iniciar el viaje antes referido, el cual se encuentra en la zona hospitalaria de Tlalpan.
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Pablo recuerda sentir mucho temor, ya que incomunicado no quiso arriesgarse y pedir auxilio de una patrulla, por si esto fuera poco, a su miedo se le sumó la angustia por tener a la mujer grave de Covid-19 quien se retiró la mascarilla para toser mejor. “Comenzó a toser sin cubrirse, ahí me alarmé” comentó Pablo.
El conductor dejó a ambos pasajeros en el hospital, Pablo no cuenta si le pagaron o no el viaje, al finalizar el servicio se puso en contacto con un médico de confianza, quien le recomendó desinfectar el auto y aislarse, lamentablemente al hacerse la prueba salió positivo, usó oxígeno, medicamentos y tratamiento.
Volvió a la calle, porque hay que trabajar, aunque esta vez colocó una lámpara al interior que lo hace sentir más seguro.