Hoy no se pueden repasar los pasajes del deporte nacional en los últimos tiempos sin el aporte de las mexicanas en diversas disciplinas donde han sido no solo las mejores en México, sino en en el mundo.
Lejano ya se ve en el tiempo aquel metal argento que obtuvo Pilar Roldán en los Juegos Olímpicos de México 68 en la esgrima, siendo la primera medalla para una atleta nacional. A partir de ahí, se ha labrado un camino que ha desembocado en los años más recientes en más alegrías que frustraciones.
Ejemplo de júbilo desmesurado fue el que provocó Soraya Jiménez cuando la madrugada del 18 de septiembre de 2000 levantó 127.5 kilos, lo que le dio un acumulado de 222.5 kilos y el metal dorado que la inmortalizó. Hoy ya no está aquí para contar de viva voz la hazaña que impulsó a muchas atletas que triunfaron después.
A mediados de la primera década del nuevo milenio una chica de Guadalajara comenzó a dar de qué hablar en el golf. En poco tiempo se instaló como la mejor del orbe y a cualquier parada de la gira de la LPGA, el nombre de Lorena Ochoa ya era un referente. Lorena se mantuvo como la número uno del planeta por cuatro temporadas (2006-2009), pero la parte familiar le hizo dejar su legado muy pronto.
En los destellos que la memoria tiene más frescos saltan los nombres de María del Rosario Espinoza, Paola Espinosa y por su puesto, Paola Longoria. Tres de las deportistas más sobresalientes en la historia del país han compartido tiempo y en muchas ocasiones, logros de calibre inmenso.
María del Rosario fue referente mundial del taekwondo durante casi una década, pues en los Olímpicos de Beijing 2008, se adjudicó la presea áurea en la categoría de 67+ kilos, logrando así la segunda medalla dorada en la historia para una deportista nacional, también ha sido la última hasta ahora. Para Londres 2012, se colgó el metal de bronce, mientras que para Río 2016, volvió a instalarse en la final, pero el metal obtenido fue el plateado.
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Mexicanas que han dejado huella en la historia del deporte nacional
Un ejemplo de constancia y de cómo combinar la vida como deportista y familiar es Paola Espinosa, pues ha sido parte de la delegación mexicana en los olímpicos desde Atenas 2004. En Beijing 2008 ganó junto a Tatiana Ortiz la medalla de bronce en la plataforma de 10 metros en clavados sincronizados, mientras que en Londres 2012 se llevó el metal argento en la misma disciplina acompañada de Alejandra Orozco.
En su vida personal, Paola se convirtió en mamá en 2017, hecho que portó la más inmensa alegría a ella y su esposo, el también clavadista, Iván García. Sin embargo, las dudas acerca de si podía mantenerse en competencia se asomaron y Paola las desvaneció, pues hasta ahora ha llevado sin problema la vida materna y la de atleta de alto rendimiento, pues va por su quintos y últimos Juegos en Tokio 2021.
Una figura que merece mención especial es Paola Longoria, pues no solo es el más claro ejemplo de dominio es su respectiva disciplina que es el raquetbol, sino que se ha instalado como la mejor del mundo y es prácticamente imbatible desde hace varios años. Enumerar su torneos ganados abarcaría una cantidad de espacio inmenso, por lo que para ejemplificar su relevancia solo hay que echar un vistazo a las tres últimas ediciones de los Juegos Panamericanos, donde ha ganado el oro de forma individual, por parejas y en equipos. Desde 2009, Paola Longoria ha concluido en nueve temporadas como la número uno del circuito profesional.
En los años más recientes el futbol profesional ha visto forjarse a sus figuras emblemáticas y que sin tantos reflectores se mantienen con
Una de las pioneras que más deslumbró cuando no estaba todavía una liga profesional femenil fue Maribel Dominguéz. Marisol como también era conocida, fue la primera jugadora de futbol en recalar en el Barcelona allá en el año 2005. Fue un referente en la Selección Mexicana y ahora se encuentra en el puesto de entrenadora de categoría menores.
En la actualidad hay dos futbolista que destacan: Kenti Robles y Charlyn Corral. La primera fue campeona de España con el Atlético de Madrid y además fue la primera jugadora nacional en fichar por el Real Madrid.
En tanto, Charlyn emigró al Levante, también de la liga española, para demostrar que su talento no tenía fronteras. De 2015 a 2019 defendió la elástica azulgrana, y en 2019 se enfundo en la casaca del Atlético de Madrid, equipo en el que hasta ahora ha tenido grandes actuaciones en la máxima categoría del balompié hispano.
Con información de Agencias