Chetumal, 2 de abril.ÔÇö Por segundo año consecutivo y a consecuencia de la pandemia de la covid-19, el Viernes Santo se conmemoró de una manera diferente en la parroquia de la Divina Providencia de esta ciudad, donde los fieles salieron a la calle sin la representación del Viacrucis viviente para recordar la Pasión y Muerte de Jesucristo.
Por más de cuatro décadas, la iglesia de la Divina Providencia caracterizó por la representación del Viacrucis viviente, en el que, hasta antes de la pandemia, participaban más de 50 personas que se preparaban con antelación para recordar los momentos que pasó Jesucristo antes de su muerte en la cruz por la salvación del hombre.
Sin embargo, por segundo año consecutivo, el Viacrucis viviente fue suspendido, ya que las medidas acordadas para el control de la pandemia no permiten aglomeraciones de gente y en la representación, como ya se indicó, participaban más de 50 personas, a cuyo paso se congregaban más de 500.
El párroco de la Divina Providencia, Rafael Olivera Guerra, aseveró que, pese a la pandemia la fe cristiana se mantiene viva y cada uno de los párrocos en la entidad ha hecho lo propio para llevar la palabra de Dios hasta los hogares.
“En estos momentos que estamos viviendo por la pandemia va a salir el Cristo Nazareno y la imagen de la Virgen Dolorosa como elementos representativos de la Fe, pero también queremos hacer énfasis en la importancia de la reflexión y meditación de las personas”, apuntó.
Indicó que el mensaje es el signo de la esperanza que Jesucristo nos trae, de que a pesar de su sufrimiento y de las adversidades siempre habrá la esperanza de que las cosas serán mejores.
Recordó que la iglesia católica recuerda cada Viernes Santo la Pasión y Muerte de Cristo, en lo que es un momento que la meditación en el que se vuelve a los pasos de Jesús, desde su condena hasta su muerte en el Calvario. “Es un día penitencial en el que pedimos perdón por los pecados y ponemos reflexión en estos”, afirmó.
A las 8 de la mañana partió del templo un vehículo con las imágenes, en lo que fue un Viacrucis diferente. El sacerdote participó en este recorrido por la parroquia y a su paso los fieles salieron de sus casas para recibir la bendición.
Algunas familias levantaron altares en las banquetas y otras sólo colocaron algunas imágenes.