Lo que parecía un sometimiento del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) al Gobierno del Presidente y a su partido Morena, cambió radicalmente con el resolutivo del Pleno que desechó en forma definitiva dar el registro de candidatos de Morena a Félix Salgado Macedonio por Guerrero y Raúl Morón por Michoacán al no rendir cuentas de sus precampañas.
Después del ir y venir entre los árbitros por el proyecto del Consejo General del INE, se esperaba que al ser impugnada la cancelación de candidaturas de Morena, los magistrados del Tribunal resolvieran como última instancia electoral y fuera confirmada la resolución de los consejeros electorales.
La decisión del Tribunal electoral en un primer momento fue ordenar al INE que en un plazo de 48 horas hiciera una nueva valoración sobre la cancelación de las dos candidaturas a gobernadores, lo que provocó una agresiva campaña contra el INE. Por una parte, en la mañanera el presidente López Obrador lo descalificó y Mario Delgado levantó la voz para cuestionar la validez del Instituto, señalando como responsables de sus problemas a dos de sus consejeros, al propio consejero presidente Lorenzo Córdova y a Ciro Murayama.
Estos hechos, también provocaron turbulencia en el TEPJF, cinco magistrados electorales de la Sala Superior urgieron al presidente de la máxima autoridad electoral para sesionar y resolver la agenda jurisdiccional, por ello el martes se confirmó la cancelación de las candidaturas de Guerrero y Michoacán, así como el aval el acuerdo del INE en materia de sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados.
Se debe reconocer el trabajo de los magistrados electorales que votaron por defender la rendición de cuentas, ya que en su evaluación, Morena y sus candidatos vulneraron el sistema de fiscalización y los propios involucrados y sancionados reconocen y responsabilizan a su partido de no cumplir con la entrega de sus gastos de precampaña.
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