Ante la carencia de más tierras cultivables, una comitiva de menonitas del Ejido Salamanca, conocida por deforestar unos 40 kilómetros cuadrados, partió hacia Perú, donde fundarán una nueva comunidad.
Se trata de un grupo religioso proveniente de Europa, tendiente a la migración. Fragmentado por pugnas internas y a causa de la persecución de la que eran víctimas, algunos grupos emigraron hace más de un siglo a Canadá.
Entre 1920 y 1940 se movieron hacia Paraguay y México. Con el tiempo, viajaron a países como Belice, en donde conformaron una comunidad tan próspera, con tal producción de granos, que el país les quedó chico.
En búsqueda de nuevas tierras para sembrar y clientes comerciales, llegaron a Bacalar.
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PASOS EN EL CARIBE MEXICANO
En el año 2000 iniciaron una exploración por Quintana Roo, en busca de tierras cultivables. Primero intentaron con Felipe Carrillo Puerto, pero eran demasiado caras y posiblemente los indígenas históricamente insurrectos de la región les dificultarían su propósito.
Luego dieron con el Ejido de Bacalar, donde les rentaron cinco mil hectáreas, que al final terminaron vendiendo a los menonitas.
Las investigadoras Carolina Vargas y Martha García, del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), relatan que a finales de 2001, la comitiva se reunió con comuneros del Ejido Bacalar. Consiguieron rentar las parcelas y fue entonces que la inmigración desde Belice dio inicio.
En 2003 contrataron a una empresa para que realizara el estudio técnico justificativo del cambio de uso de suelo, de forestal a agrícola, de 960 hectáreas.
Como siguen a pies juntillas la Ley Federal de Desarrollo Forestal Sustentable, el proyecto fue aprobado.
Para 2005 ya cumplían con el requisito de tiempo de residencia requerido por la
Ley Agraria para ser propietarios de tierras ejidales, por lo que lanzaron una nueva propuesta, de seis millones de pesos por los terrenos.
Y es así como nació un nuevo ejido, al que llamaron Salamanca, validado debidamente ante la Procuraduría Agraria.
NUEVAS GENERACIONES DEMANDAN MáS
Como la comunidad practica una agricultura extensiva y ya han ocupado todas las tierras, las nuevas generaciones ya no tienen oportunidad de adquirir parcelas y poder reproducir su vida, por lo que desde hace más de un año, Johan Elías Wall, el
"gobernador" del lugar, emprendió la búsqueda de un nuevo destino para que puedan migrar de nueva cuenta.
Perú es a donde decidieron viajar. En los últimos días, una comitiva se ha trasladado al lugar, con vistas de erigir la nueva comunidad, según Johan Doerksen, encargado de la contabilidad y la venta de granos.
Ricardo Hernández