El coronavirus sigue siendo la preocupación de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio. Las autoridades japonesas idean las estrategias para mantener la enfermedad bajo control. El objetivo no es otro que evitar que se produzcan contagios masivos durante la realización del principal evento deportivo a nivel mundial, que debió ser pospuesto en un año producto de la pandemia que azota al mundo.
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La realización de la justa genera inquietud y hasta oposición en parte de la población local.
Se evalúan todas las medidas posibles para evitar eventuales brotes. Por un lado, el Comité Olímpico Internacional está resolviendo el mecanismo que les permita a las distintas delegaciones contar con un médico adicional durante el desarrollo del evento, con el objeto de evitar la sobrecarga de los profesionales locales que le están haciendo frente a las consecuencias de la enfermedad en la población nipona.
El Comité Organizador luce resultados de lo que considera una política acertada. Este miércoles, el organismo destacó que ha probado con éxito las estrategias que ha desarrollado. Sostuvo que han realizado más de un millar de pruebas entre deportistas y representantes de comités extranjeros y que solo se ha detectado un contagio al arribo a Japón. “Esto demuestra la efectividad de nuestras orientaciones anticontagios”, relució la presidenta del comité, Seiko Hashimoto.
Igualmente, Hashimoto reconoció la preocupación de la sociedad japonesa respecto de la realización de los Juegos y se comprometió a “minimizar” la presencia de extranjeros en el país y a la realización de controles exhaustivos para mantener controlada la situación.
En esa línea, el director ejecutivo de Tokio 2020, Toshiro Muto, afirmó que el número de foráneos que participará en los Juegos se ha reducido drásticamente: de los 180 mil contemplados inicialmente, la cifra se reduciría a apenas 78 mil, incluyendo a atletas, directivos, funcionarios y periodistas.