Hoy en día, la inteligencia artificial (IA) es una herramienta muy utilizada en diferentes industrias, desde el desarrollo de algoritmos antiguos para motores de búsqueda, hasta programar robots para desempeñar tareas repetitivas.
Bajo este contexto, un grupo de investigadores de la Universidad de Notre Dame, está empleando la IA para descifrar los secretos que guardan los textos antiguos.
De acuerdo con un comunicado de la institución, los científicos desarrollaron una red neuronal artificial para leer escritura antigua compleja.
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El algoritmo está basado en la percepción humana a fin de mejorar las capacidades de transcripción de aprendizaje profundo o deep learning.
“Estamos tratando con documentos históricos escritos en estilos que han pasado de moda durante mucho tiempo y se remontan siglos atrás”, señaló Walter Scheirer, profesor asociado y coautor del estudio.
El equipo de trabajo combinó los métodos tradicionales de aprendizaje automático con la psicofísica visual, un método para medir las conexiones entre los estímulos físicos y fenómenos mentales.
Por ejemplo, el algoritmo calcula el tiempo que le toma a un lector experto reconocer un personaje específico, mide la calidad de la escritura de la mano o identifica el uso de ciertas abreviaturas.
El equipo de trabajo de Scheirer estudió manuscritos latinos digitalizados que fueron escritos por escribas en el Claustro de Saint Gall en el Siglo IX.
Luego, el equipo midió los tiempos de reacción durante la transcripción para comprender qué palabras, caracteres y pasajes eran fáciles o difíciles de entender.
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“Incluir ese tipo de información creó una red más consistente con el comportamiento humano, redujo errores y proporcionó una lectura más precisa y realista del texto”, apuntó Scheirer.
Contar con una herramienta así, para los investigadores ha sido de gran ayuda, pues afirman tener mejores resultados con el software el cual proporciona una lectura precisa al momento de consultarla.
“Hay todo tipo de manuscritos, desde textos no identificados que nadie ha visto antes, hasta información útil sobre temas específicos”.
Aunque el software programado con IA está enfocado en descifrar los manuscritos, también podría ser útil en el campo literario.
Por ejemplo, en la interpretación de archivos históricos o documentos científicos que hasta el momento no han sido posibles de traducir.
Hasta el momento, Scheirer y su grupo de trabajo de la Universidad de Notre Dame afirman que los desafíos siguen existiendo, pero están trabajando en mejorar la precisión de las transcripciones.
Especialmente en el caso de documentos dañados o incompletos, así como la forma de dar cuenta de las ilustraciones y otros aspectos de una página que podrían ser confusos para la red neuronal.
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