Ximena Pereria, una pequeña de 9 años con parálisis cerebral dejó este mundo el pasado 20 de agosto tras luchar contra el Covid.
La historia de los intentos de su familia por salvarla y la situación por la que tuvo que atravesar la niña conmovieron al equipo de salud que la atendió, especialmente al director general de Brigada del Sol en Magdalena de Kino, David Mendoza Iriquie, quien le escribió una carta a través de Facebook.
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¿Por qué los niños, dios mío?: brigadista escribe carta a pequeña de 9 años que murió por covid
“Pocas son las veces en las que mi corazón se hace pequeño ante las traumáticas escenas. Puedo decir que la mayor parte de nuestra formación nos enseñan a superar la muerte, pero somos humanos y por naturaleza divina nuestro corazón responde al noble sentimiento de la empatía”, comenzó la carta.
La pequeña sonorense tuvo que ser hospitalizada en Hermosillo tras presentar llagas en la garganta, posteriormente tuvo que ser intubada para poder respirar. Al igual que la pequeña sus padres contrajeron el virus por lo que trataban de recaudar fondos mediante donaciones.
En la carta, también narró los momentos de atención con la pequeña.
“Cuando llegué al hospital me acerqué a la hermosa princesa y mire cómo respiraba con dificultad, revise sus pupilas y mis ojos se llenaron de lágrimas. Mi corazón se partió en mil pedazos y no tengo las palabras para describir lo que en mi pecho sentía.
¿Por qué los niños, Dios mío? Si son solo almas bondadosas repletas de amor. No pude soportar verla sin que mis ojos se llenaran de lágrimas, con un nudo en la garganta miré a Dangel, y cuando él miró mis ojos supo que las cosas no estaban nada bien y llame por teléfono a Jesús García quien sin pensarlo aceptó venir ayudarnos.
Hablé con la mamá de la pequeña y le hice saber la realidad de la situación, pero también le prometí que haríamos todo lo posible por salvar a su hija, mientras un médico le gritaba desde adentro del cuarto de triage que estábamos dando todo por salvarla. Estabilizamos sus signos vitales y garantizamos su ventilación con un dispositivo mecánico, cargamos medicamentos de urgencia y partimos de inmediato.
Durante el camino no dejamos de trabajar por ella.
Pero para nosotros era imposible no tener un sentimiento especial por esta pequeña que nos había robado el corazón. Aunque ella estaba inducida a la sedación, Jesús fue el responsable de la ventilación y no dejaba de hablarle y decirle que no se rindiera, que luchara.
Yo, por mi parte me reservaba el hablarle porque mi voz quebrada no podía salir, me reservé, además de ir vigilando su estado neurológico a acariciar su hermoso cabello con mis manos para así brindarle un poco de tacto y tranquilidad.
Dangel se hizo cargo de la circulación y valoraba su presión en su pequeña piernita mientras mostraba gestos con caricias en sus manitas. Fue muy duro para todos”
A pesar de los esfuerzos del equipo, Ximena no pudo soportar más. David asegura que el equipo se encuentra tranquilo con su labor y sabiendo que la pequeña no sufrirá más.
“Me quedo tranquilo, porque luchamos, nos esforzamos y porque hicimos un gran equipo por ella. Solo por ella, una pequeñita de nueve años que, sin siquiera hacer un solo gesto, nos robó el corazón a todos.
Hoy la pequeña y hermosa princesita partió al reino de los cielos, su pequeño cuerpecito no resistió los estragos de este maldito virus que al final acabó con ella y mientras me daban la noticia mi alma lloraba. Yo solo le pido a Dios que a sus padres y familiares les brinde la fortaleza para superar este dolor.
Se que a todos nos duele igual, se también que ahora está en un mejor lugar: en el cielo no existe el dolor, no existen los tubos, ni las tantas agujas. Dios es bueno, y se que ahora ella está sonriendo”, concluyó.
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Con información de 24 Horas Nacional