Aunque desde el lunes personal de CAPA arregló las cinco fugas de agua provocadas por el paso del huracán “Grace”, el flujo no se ha normalizado y hoteleros y restauranteros siguen sin el líquido ni las condiciones para atender a clientes.
Astarot Kapellmann, dueño del hotel La Chaya, reprochó este miércoles que el servicio de agua potable no ha vuelto a la normalidad desde el jueves, cuando el huracán tocó las costas de Quintana Roo.
El pasado lunes, la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) informó que había logrado reparar las cinco fugas que había en la línea submarina que conduce el agua potable desde el puerto de Chiquilá y hasta la isla de Holbox, causadas por el impacto del fenómeno y que el bombeo se había activado por lo que la presión, estimaron, se normalizaría en el transcurso de la tarde.
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Sin embargo, la presión sigue sin volver a la normalidad, por lo que habitantes de Holbox han recibido poca agua, menos en las casas apartadas de la zona centro.
“¿Cuándo podríamos tener una buena presión de agua? Dependemos mucho de que Chiauilá no tenga problemas eléctricos, de la variación de la corriente”, respondió Diego Pot, encargado del área de quejas de la zona de la Comisión.
Con la falta de presión a causa de las variaciones, la Capa ha suministrado la cantidad de agua que puede en estos días, mismas que han servido para empezar a llenar las tuberías y que alcance a llegar hasta Holbox.
Pot estimó que será este jueves cuando la presión pueda normalizarse, aunque reiteró que depende de que el servicio de energía eléctrica lo permita.
Otro de los factores que impiden la normalización, aseguró el funcionario, es que los turistas y hoteleros han hecho un mayor uso en los últimos días.
En la zona centro, dijo el funcionario, se ha podido abastecer mejor de agua potable. Son las zonas alejadas a esta área las que pasan la peor parte, pues la presión no alcanza para llegar a ellas.
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Kapellmann, cuyo hotel es de 12 habitaciones, seis de las cuales no puede usar por restricciones sanitarias, lo cual de por sí ha mermado sus ingresos, comentó que algunos restauranteros y hoteleros han tenido que suspender o restringir actividades, a fin de controlar los clientes que atienden.
“Los hoteles más grandes están usando el agua de sus albercas, pero también se están quedando sin agua.
En estos días, la pérdida pon tú qué sean 20 mil pesos para mí, pero si sumas a todos los hoteles, pues la pérdida es mayor. Yo dejé de recibir clientes desde hace tres días. Nos arruinó este fin de semana, que es el último antes del regreso a clases”, comentó.K