Marta Oreja, una cooperante española que fundó una ONG en Kenia, será juzgada en el país africano tras ser acusada de abuso y explotación infantil que, según explica, interpusieron unos trabajadores para vengarse.
Por el momento, el juicio se ha aplazado hasta el 24 de septiembre debido a que una de las tres personas que la denunciaron retiró la denuncia, informa Oreja en la página de Facebook de su ONG, ‘Supporting Healthcare in Kenia’, donde detalla todo lo ocurrido.
La española se encuentra retenida en este país a la espera del juicio y cuenta que ha recibido una carta “llena de amenazas”. “Una organización le solicita a la Policía que me arresten inmediatamente por todos los crímenes que estoy cometiendo, y que si no lo hace ningún organismo oficial, lo harán ellxs”, relata.
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En otras publicaciones, la cooperante resume lo sucedido. En 2019, fundó la ONG en la localidad de Kombani, donde acoge a 122 niños, a quienes además de escolarizarles de manera gratuita, les da de comer y les ofrece asistencia médica.
Debido a la pandemia, desde septiembre de 2019 hasta junio de 2021, no pudo atender el proyecto sobre el terreno y contrató a una persona como director y a su mujer como profesora.
“Una peli de terror”
A su regreso al país, las familias de los niños le informaron que el director les forzaba a pagar las tasas escolares y a colaborar con los gastos de la comida. “Aunque fueran solo 20 céntimos, pero se los quitaban de los bolsillos amenazándoles”, asegura.
Oreja decidió despedir a la mujer e interpuso una denuncia por extorsión. “Actualmente se está llevando a cabo una investigación criminal donde mucha más información está saliendo a la luz (…) parece una peli de terror”, asevera.
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En represalia y, en su opinión, aprovechando su “indefensión como turista”, el director y su mujer decidieron denunciar a Oreja por “abuso y explotación infantil”. “Su denuncia consiste en que soy una persona que va cambiando de identidad con el único propósito de esconder las actividades ilegales que estoy perpetuando en este país”, dice Oreja.
“Yo haré lo que sea para proteger el proyecto, la ONG y que no me cierren la escuela en la que 122 niñxs tienen puesta su esperanza de vida (…) No me voy a rendir”, afirma Oreja, que solicita ayuda para enfrentarse a un “juicio injusto”.