A medida que pasan los meses, miles de personas y familias que quedaron desempleadas en la pandemia se vieron orilladas a buscar nuevas alternativas laborales, con el fin de obtener una fuente de ingresos.
De acuerdo con autoridades municipales, la gran mayoría optó por dedicarse al comercio informal, e incluso algunos instalaron en sus propios hogares un negocio, sobre todo, de alimentos y bebidas.
Esta situación ha perjudicado a los comercios formalmente establecidos, cuyos representantes en cámaras y asociaciones han exhortado a las autoridades a poner un alto o regular a estos “negocios”.
En un sondeo realizado por 24 Horas Quintana Roo, las personas que se dedican a alguna actividad informal indicaron que hasta ahora no han logrado conseguir un trabajo formal.
Pero, sobre todo, reconocen que se han dado cuenta que les “conviene” realizar labores de este tipo, pues ganan dinero y, además, lo hacen desde su propia casa.
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Convierten hogares en negocios tras pandemia
Sin embargo, la desventaja es que no cuentan con prestaciones, como seguro médico que les cubra alguna enfermedad o padecimiento crónico, por lo que no se pueden dar el “lujo” de enfermarse.
Y es que en estos “negocios” familiares no solo los adultos participan en la captación de recursos, sino que también los más pequeños, que en su mayoría realizan tareas mínimas, como embolsar los productos.
A pesar de que, por ley todo negocio debe estar legalmente constituido o contar con los permisos de operación, como de Protección Civil y sanitarios, la mayoría de los negocios en casa omiten estas obligaciones.
La situación ha provocado que la informalidad se extienda en toda la ciudad, ya que también, si tienen la facilidad de transporte, brindan servicio a domicilio, lo que es una entrada de dinero más.
Empresarios alzan la voz
Marcy Bezaleel Pacheco Mendoza, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), dijo, en entrevista, que han buscado con las autoridades que estos se regulen.
Expuso que ante esta situación el sector restaurantero se ha acercado con representantes municipales y del Congreso del Estado, para que busque una regulación de este tipo de comercios en las casas y vía pública.
En las redes sociales como Facebook e Instagram, y demás aplicaciones de entrega inmediata, se han detectado alrededor de 280 negocios, que no cuentan ni con permiso de funcionamiento.
Señaló que las familias que deciden generar recursos y verlo como una forma de empleo no ven las afectaciones que podrían tener al violar las condiciones de registro de su hogar como vivienda habitacional y no de comercio, lo que en un futuro podría
ocasionarles multas y sanciones económicas.
Cancún fue uno de los destinos más golpeados en cuanto a desempleo, pues hasta el último registro los primeros meses de la pandemia, que abarcan entre abril y agosto, cerca de 100 mil personas perdieron su trabajo.
Esta situación provocó que un alto porcentaje de trabajadores se devolviera a sus lugares de origen, mientras que otros, prefirieron entrar a la informalidad, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico estatal.
Cofepris, atada de manos
Hasta el momento, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) indica que no puede aplicar alguna medida contra este tipo de negocios.
La instancia reconoce que estos comercios en casa no solo violan el reglamento, sino las condiciones laborales, pues no tienen garantías médicas ni de seguridad, aunado a que también emplean a menores de edad.
La justificación de la población que instaló negocios en sus viviendas, es que, si regresaban a laborar en empresas legalmente constituidas, éstas les ofrecían un salario más bajo, pero tenían que cumplir con el horario de ocho horas.
La mayoría de los que perdieron su fuente de ingresos fueron quienes se desempeñaban en el sector hotelero, pero con la apertura de un negocio en su casa se dieron cuenta que ganan más y en la comodidad de sus hogares.
Se concentran en zona populares
Los lugares en donde se pueden observar con mayor frecuencia este tipo de casos son en los fraccionamientos ubicados sobre la avenida Arco Norte, como Villas del Mar, Prado Norte, Cielo Nuevo y Paseos del Mar.
En sus “negocios”, las familias incluso ocupan hasta las banquetas para instalar mesas y sillas, o en su casa amplían la construcción, sin que por el momento alguna autoridad haga algo al respecto.
La afectación se extiende también hacia la población en general, ya que estos establecimientos obstaculizan en muchas ocasiones la vía pública y dificultan el libre tránsito de personas.
Además, en algunos giros instalan sonido a alto volumen para promocionar sus productos o servicios, pero como la mayoría de las casas son consecutivas o son departamentos, perjudican con el ruido a los inquilinos.
Falta regulación
La falta de multas o regulación de estos comercios en casas particulares presenta un incremento, pues de acuerdo con la Canirac ya no solo es generar un poco de recursos, sino buscar abrir más espacios sin registro.
A pesar de que existe una recuperación económica en el estado, la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) reporta que en Cancún se tenía un registro de apenas tres mil 500 comercios en reafiliciación.
La cifra, señala la cámara, es un número bajo, pues hay más que decidieron entrar a la informalidad, con el argumento de que los nuevos protocolos que impusieron las autoridades son elevados en cuanto a gastos.
En su momento, la Canaco solicitó a las autoridades que se implementen estrategias como apoyos a las empresas y así evitar más cierres en los más de tres mil establecimientos en peligro.
Y es que, al menos, dos de cada 10 se han trasladado al esquema de la informalidad, aunque el año pasado fueron tres de cada 10 que bajaron cortinas definitivamente, pues algunos fueron considerados como no esenciales.
Además, de que cerca de 900 establecimientos decidieron ya no continuar afiliados a la Canaco y realizaron la conversión a la informalidad, debido a las complicaciones económicas a raíz de la emergencia sanitaria.
A nivel nacional, cerraron cerca de 2.7 negocios de cada 10, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), como consecuencia del Covid-19, mostrando las serias consecuencias de no frenar la ola de contagios por el virus antes referido.
Yuselim Reyes