Felipe Carrillo Puerto, 3 Octubre.- El investigador y promotor cultural, Bernardo Caamal Itzá, manifestó su inconformidad ante el inicio de cobro de cuota para acceder al museo de la ” Guerra de Castas” ubicado en la comunidad de Tihosuco, bastión de la guerra social maya en 1847, en el municipio de Felipe Carrillo Puerto.
El investigador expresó los mayas de las comunidades aledañas, como Xcabil, Tepich, Sacalaca y Saban entre otras, son los nuevos extranjeros que llegan a ese sitio, ya que al visitar esta comunidad y si desean acceder al recinto cultural, deben pagar para conocer los hechos más importantes de la historia de la zona, plasmados en ese recinto.
Expresó que mayas peninsulares acudían hace muchos años a ese recinto, para montar obras de teatro, celebrar foros de análisis en temas culturales.
Incluso, albergó expresiones vivas de los pueblos originarios, como aquella histórica fiesta de mediados de octubre de 2013 llamada “El Festival Maya Independiente, ChaÔÇÖanil Kaaj”.
Fue una iniciativa de ciudadanos mayas y de aquellos, quienes, identificados con esta legendaria cultura, desde los lugares donde estuvieran, aportaron sus conocimientos y capacidades sin remuneración alguna, en un ejemplo de colaboración de un proyecto comunitario.
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Cuestionan cobro de acceso al museo de la “Guerra de Castas” en Tihosuco
Recordó que los mayas peninsulares realizaron en octubre de hace ocho años la caravana cultural “U xíimbal k maaya kaajoÔÇÿob” (El caminar de nuestros pueblos), que inició en la radio Xebka “La Voz del Gran Pueblo”, y siguió con un homenaje en Yaxley, la comunidad donde vivió el músico de mayapax (La música de los dioses, como se le conoce a ese género), Vicente Ek Catzin (+) y horas más tarde, continuaron el festival en el gran museo de Tihosuco.
Caamal Itzá dijo que antes de cobrar el acceso a los hijos del Mayab y vecinos de Tihosuco, las autoridades culturales quintanarroenses deberían tomar en cuenta que son los herederos de la ancestral cultura maya.
“Son suyos, desde los centros arqueológicos, hasta esos espacios en donde sus padres y abuelos lucharon en los diversos movimientos sociales para reivindicar su cultura.
“Y ahora, a sus nietos de alguna forma los alejan de esos espacios de reflexión, de un pasado que debemos conocer para entender la vida actual, apuntó.