En un momento en que las medidas de higiene implementadas en cada territorio dan la impresión de estar cumpliendo con su propósito y la tasa de contagios del continente mantiene su ritmo a la baja, la inmunización de grupos vulnerables en América del Sur sigue su avance gracias a la colaboración entre naciones y a las distintas vacunas disponibles, pues a estas alturas de la pandemia -y considerando el acumulado de muertes y casos confirmados durante el último año-, la menor de las consideraciones pareciera ser qué vacuna aplicarse.
En esta lucha, los centros de salud de Bolivia comenzaron a utilizar esta semana la vacuna británica AstraZeneca como una tercera dosis, sin importar que el primer esquema haya sido con la rusa Sputnik V, la china Sinopharm o la estadounidense Pfizer. Esto para el grupo etario mayor de 60 años o personas con patologías de riesgo, como hipertensión, obesidad, diabetes o problemas respiratorios. El país ya suma más de medio millón de contagios y 18 mil fallecidos, de una población de 11.5 millones de habitantes. Se estima que la meta de vacunación de 7.1 millones se alcanzaría hasta finales de año.
Por su parte, Nicaragua arrancó el programa de vacunación a mujeres embarazadas o lactantes con ayuda de Honduras, que facilitó al país 100 mil dosis del biológico de Pfizer a través del mecanismo COVAX. A pesar de que la nación ya utilizaba AstraZeneca, Covishield y la rusa Sputnik V desde principios de año, sigue siendo uno de los países con menor cobertura en el continente, pues apenas 10% de su población (de 6.6 millones en total) ha tenido acceso al menos a una dosis de cualquier esquema.
Pfizer elige a Brasil para fabricar vacunas Covid-19 en Latinoamérica
Pero no todo son avances en la carrera por ganarle vidas al Covid-19. Esta semana la serpiente en el tablero nos llevó hasta Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro anunció su decisión de no vacunarse, después de repetir durante meses que sería “el último brasileño” en hacerlo. El mandatario ha asegurado en múltiples ocasiones que sus exámenes revelan un alto nivel de anticuerpos, y que por ello no le fue necesario vacunarseÔǪ algo descartado por los expertos. Por ahora, casi 100 de los 213 millones de brasileños están totalmente inmunizados y 150 tomaron la primera dosis.
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