En algunos hogares de Calkiní durante el Dia de Muertos, se recordó a los fieles difuntos que en la infancia fallecieron por diferentes motivos y le llaman “U hanal palal”.
Y con la colocación de altares y la elaboración de los tradicionales pibipollos, en las comunidades rurales, todavía se acostumbra cuidar a los pequeños vivos y en algunos casos hasta se amarran los animales de casa.
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Eso es porque según las creencias podrían ver a las ánimas e impedirles el paso para llegar en el altar instalado.
En el primer día de la celebración dedicada a los fieles difuntos se recordó a los niños y para éste 1 de noviembre, está dedicado a los adultos muertos y le llaman U Hanal Nucuch Uinicoob.
En el tercer día es el U Hanal Pixanoob llamado en algunos lugares “misa pixán” porque ese día se aplica una misa dedicada a las ánimas.
Esas actividades son por lo general en el cementerio tanto de ésta cabecera municipal, así como en la ciudad de Becal, la comunidad de Nunkiní, y en algunos casos hasta en comisarías.
Las ofrendas para los niños difuntos se colocaron en un altar decorado con un mantel bordado en tonos alegres, juguetes en este caso pitos de Tepakán y comida de su preferencia, como chocolate, tamales, “pibes”, dulces, frutas de la temporada, atole nuevo y yuca con miel.
Las ánimas llegan a Calkiní a realizar el trabajo pendiente
También se adorna con flores de “xpujuc” (de tipo silvestre y color amarillo), “xtés” en color rojo y “virginias”.
Las casas se pudieron observar limpias y sin trabajo pendiente (como hacer tortillas, por ejemplo). Se cree que, si algo faltó por hacerse, las ánimas llegarán y realizarán el trabajo pendiente, lo que sería una descortesía.
Esta creencia está mucho más arraigada en las comunidades rurales de la geografía.
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