CARLOS RAMIREZ
La visita de la vicepresidenta Kamala Harris fue, así, un diálogo entre desiguales, pero con el detalle de que la Casa Blanca rebajó a México

La evaluación de tres años de estrategia de seguridad ha tenido en las expectativas vendidas a su peor crítico.

Los compromisos de que los narcos el primer día de Gobierno abandonarían la delincuencia y de que en seis meses serían sector productivo no criminal se dejaron latentes aún después de los primeros indicios de una inseguridad estructural.

Seguridad: EU podría aumentar la violencia con sus operativos

Por primera vez en tres años, el Presidente de la república aceptó metas de seguridad distantes, un argumento que pudiera ser básico para replantear las expectativas sociales.

El despliegue de fuerzas de seguridad profesionales como Guardia Nacional en todo el país fue el primer paso decisivo para comenzar a recuperar el control territorial; sin embargo, los responsables de la estrategia se han encontrado que las organizaciones criminales carecen de voluntad para aceptar las reglas de la gobernanza criminal y el país vive en estos momentos una fase de disputa territorial entre las diferentes bandas, organizaciones, pandillas y cárteles.

Ahora podría perfilarse pronto una fase de mayor persecución de cárteles y capos por presiones de la estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos para perseguir bandas de narcos y traficantes de personas en México, aunque sin reconocer que esos delitos están determinados por la demanda del mercado estadounidense.

En este sentido, el Gobierno mexicano deberá ser más insistente ante la Casa Blanca para que la lucha contra el narco también involucre a la DEA en la persecución de cuando menos nueve cárteles mexicanos y muchas pandillas vinculadas a México que tienen el control de la demanda de droga y personas en EU para satisfacer las adicciones de consumidores americanos.

Si México no controla los operativos de la DEA aquí, la respuesta de los cárteles será escalar la violencia.

Zona Zero

  • El sistema judicial estadounidense está jugando con las expectativas mexicanas. Primero creó un ambiente adverso El Chapo y su esposa Emma Coronel y amenazó con aplastar al Cártel de Sinaloa, pero se quedó en el mero castigo físico al capo y a una tolerancia sentimentaloide con su esposa que no coincide con la estridencia de las acusaciones contra la estrategia mexicana de seguridad pública. En este sentido, EU lucha contra personas y no contra estructuras criminales.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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