Siendo la depresión y ansiedad dos de las enfermedades mentales que se acentuaron durante y después de la pandemia, los resultados de la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado 2021, indicaron que la población quintanarroense está por debajo de la media nacional al tener un 11.5 por ciento de índice de personas con síntomas de este padecimiento, mientras que a nivel país es de 15.4 por ciento.
Sin embargo, los porcentajes más altos de síntomas de depresión en adultos se encuentran en los estados de Guerrero, Tabasco y Durango, mientras que los más bajos son Quintana Roo, Sonora y Nuevo León, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), pues en dicho informe se preguntó a los ciudadanos quintanarroenses que si podían o no quitarse la tristeza, en la que hombres mayores de 60 años y mujeres de entre 15 y 59 años fueron quienes menos tenían esta posibilidad.
Y con respecto a si alguna vez se sintieron deprimidos, la encuesta destacó que 9 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 29 años dijeron sentirse así la mayoría del tiempo, pero se destacó que al ser cuestionados sobre si disfrutaban la vida, los ciudadanos de prácticamente todas las edades dijeron que sí lo hacían.
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Por debajo de la media en casos de depresión
No obstante, durante la alerta sanitaria, se mantuvo en operación la línea telefónica Línea de la Vida 800 911 2000, que tiene como objetivo brindar apoyo emocional a las personas que lo requieren y recibir un tratamiento adecuado, específicamente para quienes padecen depresión, pues tras un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), advirtió que el Covid ha dejado un impacto negativo en la salud mental de los mexicanos, ya que la prevalencia de la depresión fue nueve veces más alta en 2020, comparado con 2019.
Detalló que el nivel prepandemia de depresión o los síntomas de depresión era de 3 por ciento de la población, pero en 2020 (último dato disponible), creció hasta 28 por ciento.
En México, 49 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 29 años consideran que los principales detonantes de estrés lo constituyen el ritmo de trabajo, el horario y el entorno laboral, según una encuesta aplicada por la Asociación de Internet y OCC Mundial. A grupos de edad mayores les afecta la posibilidad de la pérdida de empleo.
Yuselim Reyes
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