visa humanitaria

Cerca de mil 700 migrantes han arribado a Quintana Roo en busca de visas humanitarias, provenientes de la Caravana Migrante.

La distancia entre Haití y el Caribe mexicano no es mucha. Lo difícil es haber llegado rodeando. Primero llegar a Brasil, luego a Bolivia y Colombia, para de ahí cruzar Centroamérica hasta llegar, luego de un mes, a Cancún, siempre por vía terrestre, a veces en combi, otras en balsa o de plano caminando por siete días ininterrumpidos, acompañado de dos hijos menores y su esposa y con tres maletas cargadas de pertenecías a cuestas, como lo hizo Caleb Charles, y como lo hicieron la mayoría de los mil 700 migrantes que han llegado a Quintana Roo en los últimos días en busca de visas humanitarias, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración (INM).

Los migrantes recién llegados se encontraban en Tapachula, Chiapas, formaban parte de la caravana migrante, pero ante la saturación de los servicios en las oficinas de INM les dieron dos opciones: deportación o traslado a la Delegación del organismo en Quintana Roo, donde el trámite es más expedito.

Caleb, de 29 años, aceptó la segunda oferta. Llegó el miércoles a las 17:00 horas, gastó la tarde buscando comida y durmió, a falta de refugios temporales, con su familia en la calle. Por la mañana de este jueves se presentó en las oficinas del Instituto para tramitar su cambio a visitante por razones humanitarias, que consiguió pasado el medio día.

De Haití salió en 2015. Como todos en ese país, a causa del contexto de pobreza y violencia que se sufre. “Procuraba una vida melhor”, dice en una mezcla de español y portugués.

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Llegan 1,700 migrantes a QR en busca de visa humanitaria

Llegó en avión hasta Brasil, donde consiguió residencia permanente y trabajo de obrero de la construcción, chofer y hasta paramédico. Fue en una ambulancia donde conoció a su esposa, de oficio enfermera y originaria también de Haití. Fue ella quien le propuso migrar al norte.

“Yo no quería irme, ya estaba trabajando, pero es que ella tiene más familia (que mantener)”, cuenta.

Y así empezaron el viaje hacia Chiapas, en el que su esposa se lesionó la rodilla, en el que les robaron, a punta de pistola, 2 mil pesos, y en que pasaron días enteros sin comer.

“Estuvimos mucho tiempo en Tapachula sin trabajo. Llegamos hace 23 días, pero nunca pudimos hacer el trámite. Por eso venimos”, dice.

Ahora que consiguió la visa, Caleb asegura que buscará emplearse en Cancún, aunque primero buscará rentar un cuarto donde dormir.

A diferencia de la temporada de huracanes, en esta ocasión, no se instalaron refugios temporales en Cancún, excepto uno, ubicado hasta la Región 103, 9 kilómetros de distancia de las oficinas del INM, a la que solo se les permite pernoctar a los migrantes hasta que consigan su visa humanitaria.

El resto, quienes llegan por su cuenta, han dormido en la calle o en hoteles en la zona centro.

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