En Europa, varios países, entre ellos Francia e Italia, están prohibiendo el acceso a transporte público y otros servicios a quienes no se hayan vacunado contra el Covid.
La medida muestra la desesperación de los gobiernos de ambos países por detener el tsunami de contagios de Covid que amenaza no solo con colapsar sus sistemas de salud sino la economía en general.
Europa radicaliza medidas vs. Covid; aquí “prohibido prohibirÔÇÖÔÇÖ
En México, bajo el lema presidencial de “prohibido prohibirÔÇÖÔÇÖ, se ve lejana la posibilidad de que se adopten medidas de coerción para obligar a vacunarse a quienes no lo han hecho.
El Gobierno mexicano ni siquiera ha podido establecer como obligación el uso de cubrebocas gracias al estéril debate, generado desde el púlpito presidencial, sobre la utilidad del mismo, a pesar de que el propio Presidente ha dado positivo en dos ocasiones.
Con contagios que ubican entre los 9 mil y los 10 mil casos diarios en la capital del país, el inútil semáforo se mantiene en verde, como si no pasara nada.
Pero sí está pasando.
La jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, distraída con su propio reflejo, ha relajado las medidas que paliaron las primeras olas de contagios, como el uso obligatorio del cubrebocas en el transporte público, que es el lugar donde mayores contagios se registran, o su sanitización constante.
Los vagones del metro circulan con las ventanas arriba sin que nadie se moleste en bajarlas; hay un descuido criminal en las medidas de prevención u contención de la pandemia.
El pretexto es que la variante Ómicron “no mata, nomás tarantaÔÇÖÔÇÖ, y se presume como un éxito de Gobierno el hecho temporal de que “no se ha incrementado el número de muertosÔÇÖÔÇÖ “ni se ocupan las camas de terapia intensivaÔÇÖÔÇÖ.
Si los países más desarrollados están elaborando un pasaporte Covid para todos sus ciudadanos y para quienes ingresen a sus territorios, ¿cuál es la propuesta de nuestro gobierno para frenar el incremento exponencial de enfermos?
Sin salud no hay economía que avance.
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Esta semana terminará la telenovela en Quintana Roo, sobre las candidaturas a gobernador que presentarán por separado la alianza PAN-PRD, el PRI y Movimiento Ciudadano.