Este marzo se llevó a cabo por quinto año consecutivo el monitoreo de la calidad de agua y sedimento que realiza el Colegio de la Frontera Sur, con la dirección de la investigadora Teresa álvarez, quien ha advertido del deterioro del cuerpo lagunar a causa del turismo masivo y la contaminación de aguas residuales.
La palabra contaminación queda demasiado corta cuando Teresa álvarez Legorreta describe los resultados de la calidad del agua en Bacalar. Cada año desde 2017, Teresa toma muestras de agua y de sedimento en la laguna en 25 puntos geográficos y en tres temporadas distintas: nitrógeno, fósforo, plaguicidas organoclorados, metales pesados tóxicos como mercurio y cadmio, y otros como plomo, cobre, zinc, además de agroquímicos e hidrocarburos son algunas de las sustancias halladas en la investigación aún en curso de la investigadora, adelantados para este trabajo.
El estudio es uno de los más sistematizados que existe del lugar, en relación a la calidad de agua y de sedimentos, y es utilizado para evaluar los impactos en los organismos acuáticos. Teresa ha conseguido discernir si las variaciones registradas en los parámetros son por causas naturales o factores humanos.
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Monitorean calidad de laguna de Bacalar
“Se puede apreciar que ha disminuido la calidad del agua, pero sobre todo en el centro y sur de la Laguna de Bacalar. Eso es importante señalarlo: donde hay mayor actividad, donde hay mayor población, donde están las mayores actividades turísticas de la zona, es donde se ha visto que los impactos son mayores”, dice en entrevista telefónica la estudiosa de la microbiología ambiental.
“De los elementos que tenemos más claridad cuál es su origen es de los hidrocarburos del petróleo, porque las formas químicas en las que vienen nos pueden decir si es por combustión de vegetación o de gasolinas. En épocas de secas es por combustión de vegetación, porque se quema la vegetación para la siembra, que puede viajar por el viento o ser acarreados por las lluvias, y en épocas de turismo, por las gasolinas de las lanchas que pasean a los viajeros”, acota.
Ricardo Hernández
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