Centenares de bomberos desplegados tratan de sofocar las llamas de los incendios forestales que hoy están activos en Europa, tan solo los más recientes de las últimas semanas, pues el cambio climático está alterando el ambiente de tal forma que el fenómeno sucede cada vez con mayor frecuencia.
Con cubetas y mangueras, servicios de emergencia y civiles voluntarios ayudan a apagar el fuego que se extiende por kilómetros, devastando gran parte de los bosques en las provincias de Larache y Uezán, en Marruecos; el mismo escenario se repite en Portugal, donde las autoridades tienen reportes de hasta 200 incendios activos por todo el país.
Para Francia y España la fotografía es casi idéntica: 4 mil 200 hectáreas quemadas en la región del suroeste del país galo, mientras que otras 4 mil ya fueron alcanzadas por el fuego en la zona montañosa entre Extremadura, y Castilla y León, cerca de la frontera española con Portugal.
Científicos explican que aunque el cambio climático podría ser señalado como el gran culpable del aumento en la frecuencia de los incendios forestales, la mano humana está ampliamente involucrada debido a la constante quema de combustibles fósiles y la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), presentes de forma masiva desde el comienzo de la Revolución Industrial -finales del siglo XIX.
Los GEI ayudan a que la temperatura del aire se eleve y demande una mayor cantidad de agua que obtendrá del suelo, de los cuerpos de agua y la vegetación, secando todo a su paso.
Finalmente, las sequías y calores extremos generan escenarios propicios para iniciar y mantener un fuego devastador, algo que los expertos ya han clasificado como una crisis mundial, pues prevén que la frecuencia aumente 50% para fin de siglo.
Con información de 24 Horas Nacional
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