El nombre bubble tea no hace referencia a las perlas de tapioca que contiene, sino a las burbujas y espuma que se generan al elaborar la bebida. El bubble tea se prepara con té, principalmente negro, rojo, oolong, verde o matcha; se endulza, ya sea con miel, leche condensada o jarabe de azúcar; se le añade zumo de frutas o leche; y, finalmente, las perlas de tapioca.
Puede consumirse fría o caliente, aunque habitualmente se acompaña con hielo e, incluso, con helado. Asimismo, se le añaden toppings como nata montada y pequeños trozos de galletas de chocolate.
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Normalmente, las perlas de tapioca son saborizadas con aromas a frutas o mezcladas en almíbar para cambiar su color. Para ello, se hierven las perlas y después se mezclan en almíbar y se reservan. Es una de las características del bubble tea, ya que las perlas suelen desprender todo su sabor al beber, utilizando una pajilla de mayor tamaño para poder absorberlas.
Las perlas de tapioca se pueden sustituir por perlas de gelatina y, en algunos casos, se agregan chips de chocolate dando al bubble tea un carácter completamente diferente.
Esta bebida se popularizó primero en toda Asia central. Después, comenzó a elaborarse en el barrio chino de Nueva York y, gracias a su aspecto y a las redes sociales, fue creciendo en popularidad y consumo en Occidente.