La licuadora, el ceviche, El plátano, sin duda los conoces y has visto estos monumentos a diario en tu paso por Cancún, que así han sido bautizados por los cancunenses. ¿Pero sabes en realidad cómo se llaman? Aquí te lo decimos.
Esta recién construida ciudad con el paso de los años ha visto como han brotado esculturas en sus calles y avenidas. Al igual que en muchos lugares del mundo, el pueblo los ha bautizado de acuerdo con imágenes comunes de la vida cotidiana, más allá del nombre oficial y de las intenciones artísticas del diseñador.
Nombres que hacen fácil su referencia y que perduran con el paso del tiempo, y no se negará, que es necesaria solo un poco de imaginación para hallarles cierto parecido a su sobrenombre.
El icónico Ceviche se llama en realidad Fantasía Caribeña.
Esta es una de las más conocidas y emblemáticas de la ciudad, creada por la artista neoyorquina, Lorraine Pinto, en 1994 y se encuentra ubicada en la glorieta de las avenidas Tulum y Cobá, la cual ha sido bautizada como “El Ceviche”.
La concepción creativa de la artista era resaltar especies marinas, propias de un destino de playa, debido a esto la gente relacionó la fuente con el platillo de mariscos llamado ceviche, típico de la región y que está hecho a base de productos marinos, con excepción de las estrellas de mar
La Licuadora tiene el nombre solemne de Monumento de la Historia de México.
Se ubica en la glorieta que forman las avenidas Tulum y Uxmal en el centro de la ciudad de Cancún. Enfrente de la terminal de autobuses foráneos.
Debido a su forma ha sido conocida popularmente desde su inauguración como el Monumento de la Licuadora.
En sí mismo el nombre no hace la referencia a una licuadora completa sino solo a las aspas del vaso de dicho equipo.
El Monumento a la Historia de México fue construido en 1981, diseñado por el escultor Ramón Lázaro de Bencomo e inaugurado por el entonces presidente de México, José López Portillo.
El popular plátano tiene por nombre oficial Monumento a José Martí.
Este Monumento se ubica en el camellón central del Boulevard Kukulcán entre las avenidas Tulum y Bonampak. Oficialmente es el monumento a José Martí, prócer de la independencia cubana.
Diseñado y construido en 1978 por el escultor cubano José Delarra. La obra sugiere una flor, un maguey, una mano. Esta interpretación es muy poética, y posiblemente sea la intención del artista, pero la población la bautizó con el nombre de El Plátano, por su forma general similar a uno pelado, es decir, la cáscara desgajada y el fruto, en vertical al centro.
El kilómetro Cero de la entrada a la zona hotelera es oficialmente la Glorieta de Kukulcán.
La inauguración de la Fuente Kukulcán en 1980 no solamente decoró la glorieta de las avenidas Bonampak y Coba, sino que dio nombre la vialidad de la zona hotelera que era conocida como Bulevar Costero, y desde hace 37 años se le adjudicó como el Bulevar Kukulcán.
Una década después de la construcción del bulevar fue instalada e inaugurada la Fuente Kukulcán como homenaje a la deidad de la cultura Maya, la “Serpiente Emplumada”. Y aunque su nombre queda más que claro las personas prefieren decirle la Glorieta del kilómetro Cero, ya que esta a un costado de este acceso.
Nada más coloquial para denominar a Los Pilares de la Construcción que con el apodo de La Glorieta del Albañil.
Debido a la llegada de los trabajadores, para formar lo que ahora conocemos cómo Cancún. Se decide brindarle honores a todas esas personas con un monumento, el cual fue titulado “Los Pilares de la Construcción”.
La presidenta municipal de aquella época era Magaly Achach, quien lanzó una convocatoria para crear esta cultura.
En esta propuesta sobresale la artista Silvia Arana, quien es la creadora de la pieza, que está ubicada en la glorieta de la Av. José López Portillo y Av. Rodrigo Gómez.
Y a pesar de que la obra tiene un título, los cancunenses han optado por apodarlo el “Monumento a los Albañiles”.
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