Los Archivos Nacionales de Estados Unidos liberaron el jueves miles de documentos secretos sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963.
La Comisión Warren, que investigó el ataque a balazos al carismático presidente de 46 años, determinó que fue obra de un exfrancotirador de la Marina, Lee Harvey Oswald, que actuó solo.
Sin embargo, esa conclusión formal fue insuficiente para sofocar la especulación de que un complot más siniestro estuvo detrás del asesinato del 35º presidente de los Estados Unidos, el 22 de noviembre de 1963.
Según los Archivos, se hicieron públicos 13.173 documentos pero la Casa Blanca impidió la publicación de algunos miles más invocando razones de seguridad nacional.
Dijo que el 97% de los registros, que suman aproximadamente cinco millones de páginas, han sido liberados.
El presidente Joe Biden comentó en un memorando que se seguirá reteniendo una cantidad “limitada” de documentos.
Las solicitudes anteriores para retener documentos provinieron de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la policía federal (FBI).
“El aplazamiento temporal continuo de la divulgación pública de dicha información es necesario para protegernos contra un daño identificable a la defensa militar, las operaciones de inteligencia, la aplicación de la ley o la conducción de las relaciones exteriores”, dijo.
Los estudiosos de Kennedy han dicho que es poco probable que los documentos que aún se conservan en los archivos contengan revelaciones explosivas o pongan fin a las teorías conspirativas sobre el asesinato.
Oswald fue asesinado a tiros dos días después de matar a Kennedy por el propietario de un club nocturno, Jack Ruby, cuando lo trasladaban de la cárcel de la ciudad.
Oswald y la KGB
Un número significativo de los archivos publicados el jueves se relacionan con Oswald, sus viajes internacionales y contactos en las semanas, meses y años previos al asesinato de Kennedy.
Oswald desertó a la Unión Soviética (URSS) en 1959 pero regresó a Estados Unidos en 1962.
Entre los documentos publicados el jueves figura uno de 1990 que relata el interrogatorio de un exoficial de la KGB que dijo que Oswald fue reclutado por la KGB después de desertar, pero que lo consideraban “un poco loco e impredecible”.
El oficial afirmó que la KGB no tuvo más contacto con Oswald después de que regresó a Estados Unidos y sufría de depresión. La KGB “nunca le encargó que matara al presidente Kennedy”, aseguró.
Otro documento, de 1991, cita una fuente diferente de la KGB según la cual Oswald “en ningún momento fue un agente controlado por la KGB”, aunque esta “lo vigilaba de cerca y constantemente mientras estaba en la URSS”.
Cientos de libros y películas, como el filme de 1991 de Oliver Stone “JFK”, han alimentado la industria de la conspiración, señalando con el dedo a los rivales de la Guerra Fría, la Unión Soviética o Cuba, la mafia e incluso al vicepresidente de Kennedy, Lyndon Johnson.
La publicación de los documentos cumple con una ley del Congreso del 26 de octubre de 1992 según la cual los registros de asesinatos que se encuentran en los Archivos Nacionales se publiquen en su totalidad 25 años después.
Miles de documentos relacionados con el asesinato de Kennedy en los Archivos Nacionales se publicaron bajo la presidencia de Donald Trump estaba en el cargo, pero el exmandatario también retuvo otros por motivos de seguridad nacional.
Con información de: 24 Horas Nacional
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