La tensión aumenta en Francia debido a la negativa del gobierno del presidente Emmanuel Macron para discutir su proyecto de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años, previo a una nueva protesta este martes.
El domingo, la primera ministra, Élisabeth Borne, aseguró que ese punto “ya no era negociable”, mientras que el ministro del Interior, Gérald Darmanin, acusó a la oposición de “traer el desorden al país”.
Los sindicatos convocaron una nueva jornada de huelga, que esperan que sea más multitudinaria que la del 19 de enero, cuando más de un millón de personas se manifestaron.
El rechazo al proyecto también progresa en la opinión pública: un 72%, según un sondeo de Elabe, a pesar de que el gobierno lo presenta como necesario para evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones.
La Asamblea inició en Comisión el análisis del texto, que llegará a Pleno el 6 de febrero antes de enviarse al Senado. Ambas cámaras tienen hasta el 26 de marzo para pronunciarse. Si no lo logran, el gobierno podrá aplicarlo por decreto.
La edad de jubilación en la segunda economía de la Unión Europea (UE) es una de las más bajas, de aprobarse, Francia se acercaría a los 65 años de España y los 67 de Dinamarca.
Frase:
“La primera ministra no puede seguir haciendo oídos sordos a esta formidable movilización que se ha creado” – Laurent Berger, líder del sindicato CFDT.
“Esta reforma es fundamental cuando nos comparamos en Europa y para salvar nuestro sistema de distribución (de pensiones)” Emmanuel Macron, presidente de Francia.