Francia vivió su quinta jornada de protestas contra la reforma de las pensiones a llamado de los sindicatos, con una movilización en retroceso a la espera de la huelga del 7 de marzo que busca paralizar el país.
El seguimiento fue inferior al de la marcha del sábado. A la espera de datos oficiales globales, el sindicato CGT reivindicó 1.3 millones de manifestantes en Francia y 300 mil en París (37 mil, según la policía).
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La nueva movilización tiene lugar en plenas vacaciones escolares de invierno en gran parte de Francia y busca aumentar la presión sobre los diputados, que tienen hasta el viernes para pronunciarse sobre la reforma.
Su objetivo es que el gobierno retire su propuesta de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y de adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, para poder cobrar una pensión completa.
Este jueves, la manifestación afectó en menor medida al servicio de trenes y al transporte público de París, que funcionan casi con normalidad. Pero el aeropuerto parisino de Orly anuló un 30% de sus vuelos ante las nuevas protestas. A partir del 7 de marzo, los sindicatos prevén recrudecer las protestas.