La anunciada renuncia de Marcelo Ebrard a la Secretaría de Relaciones Exteriores, a partir del próximo lunes, generará movimientos en posiciones tan importantes como las embajadas de México en Estados Unidos y ante la Organización de las Naciones Unidas.

Ebrard anticipó que renunciará a la Cancillería el lunes próximo para dedicarse de tiempo completo a su campaña en pos de la candidatura presidencial de Morena.

El primer movimiento que el anunció generará es la sustitución de Esteban Moctezuma como embajador ante el Gobierno de Estados Unidos.

Moctezuma es uno de los candidatos para sustituir a Ebrard en Relaciones Exteriores, pero si no lo fuera, renunciará a la embajada para incorporarse a la precampaña presidencial del todavía canciller.

Es decir, Moctezuma ya está empacando para aterrizar en México en las próximas semanas; es un hecho.

Para sustituir a Moctezuma, se barajan los nombres de Juan Ramón de la Fuente y de Lázaro Cárdenas Batel.

De la Fuente también es uno de los candidatos para sustituir a Ebrard; si se confirma su llegada, tendría también el propósito de incidir en el proceso de sucesión de la UNAM en donde conserva cierto coto de poder.

Si De la Fuente se mantiene en Estados Unidos, podría ser el nuevo embajador en Washington y Cárdenas Batel sería el embajador de México ante la ONU.

Pero de que Cárdenas Batel tiene un pie en Estados Unidos, delo por hecho.

Finalmente, una tercera candidata para sustituir a Ebrard es Laura Elena Carrillo, quien es la vocal ejecutiva de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), muy cercana al presidente López Obrador.

Lo de Moctezuma de regreso a México y la llegada de Cárdenas Batel a Washington o Nueva York, son bolas cantadas.

Son los primeros movimientos que genera la renuncia al cargo de la primera corcholata; los demás tendrán que seguir el ejemplo.

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El domingo se conocerá el mecanismo con el cual Morena justificará el dedazo presidencial.

No es extraño ni debería de ser tomado como algo inusual.

Toooodoooos saben en Morena que es el dedo del Presidente el que se encargará de señalar al afortunado/a.

Lo interesante será conocer si las reglas incluirán que todos los interesados renuncien a sus puestos, si contarán con un presupuesto para hacerse sus pre preprecampañas; es decir, cómo la hará Morena para medio emparejar el terreno que parece haber sido pavimentado a favor de Claudia Sheinbaum desde hace un año.

Qué nervios.

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Ayer comentamos en este espacio que, pese a haber perdido la gubernatura del Estado de México, era temprano para cantar la muerte del PRI como un partido competitivo.

Ya con los números finales de los conteos de votos en el Estado de México y Coahuila, quedó demostrado que los tricolores están bocabajeados, pero no muertos.

Mientras que Morena, como partido y sin colación, obtuvo en el estado de México 2 millones 464 mil 600 votos, por el PRI votaron 2 millones 364 mil 737 de mexiquenses, una diferencia de 99 mil 863 votos.

Esta diferencia, en términos reales y relativos, fue más amplia en Coahuila a favor del PRI.

En dicha entidad, el PRI solo, sin contar los votos de los partidos aliados, sumó 616 mil 466 votos por los 279 mil 894 que obtuvo Morena sin contar los de sus socios electorales.

O sea que muerto, lo que se dice muerto, el tricolor no lo está.