Chetumal, 3 de julio. Los apicultores del estado de Quintana Roo han experimentado una reducción de hasta el 50% en la producción de miel, debido a una intensa sequía registrada en los meses de enero y febrero. Esta impidió la floración en la selva, lo que resultó en una falta de alimento para las colmenas. Además, el abaratamiento de la miel por las bajas ventas afecta la rentabilidad de la actividad apícola.
Sequía afecta la producción de miel en Quintana Roo
Ana María Luisa May, productora de Miguel Hidalgo, en Bacalar, menciona que en sus 35 colmenas solo logró obtener 300 kilos de miel de abeja, cuando en un año regular la producción es el doble. Atribuye esta reducción a la falta de lluvias, que impidió la floración de las plantas en la selva, que son el principal alimento de las abejas durante la primavera, cuando tienen mayor actividad.
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“Ahorita está lloviendo, pero la floración ya terminó, las abejas ya no están buscando flores para fabricar su miel”, dijo la campesina.
Guillermo Esquivel, productor en Luis Echeverría desde hace 20 años, explica que en los últimos seis meses ha habido una disminución significativa en la producción. Atribuye esta reducción tanto a la sequía como al uso de químicos en los cultivos, los cuales pueden afectar e incluso matar a las colmenas. Además, el sur de Quintana Roo ha enfrentado un intenso calor.
“La abeja solo comprende de enero a abril, todo lo que es la primavera, una vez que acaba ya no hay producción”, comentó.
Ambos coinciden en que, a pesar de la calidad e inocuidad de la miel de abeja quintanarroense, el precio a nivel local es muy bajo, rondando los 100 pesos el litro. Este precio se ha mantenido sin cambios durante más de cinco años debido a la gran cantidad de productores. Cualquier variación al alza en el precio hace que los clientes dejen de comprar y busquen proveedores que se mantengan en ese rango.
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Según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), la producción de miel en Quintana Roo alcanza las tres mil 200 toneladas al año, la mitad de la producción de Campeche y un tercio de la producción de Yucatán.
La situación actual plantea un desafío para los apicultores de Quintana Roo, quienes enfrentan la necesidad de adaptarse a los cambios climáticos y buscar estrategias para mejorar la rentabilidad de su actividad en un mercado altamente competitivo.
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